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Eduardo Pedreño

Otro ataque a la Red

Y si esta ley sale adelante ocurrirá exactamente lo mismo que está ocurriendo con la famosa LSSI: será una ley polémica que jamás se aplicará en el mundo real.

A nadie se le escapa que la profesión periodística ha cambiado de forma drástica en los últimos años. Y está claro que seguirá cambiando porque la revolución en que se halla inmersa no ha hecho más que comenzar. El acceso y la práctica de esta profesión, ya de por sí bastante abierta por su propia naturaleza, se ha llegado a generalizar en muchos ámbitos gracias al nacimiento de la web, en primera instancia, y posteriormente a la generalización de los gestores de contenido que permiten virtualmente a cualquiera montar su propio medio en pocos minutos.
 
En este contexto, uno ve con sorpresa no exenta de hilaridad la proposición de ley para aprobar un estatuto del periodista profesional que Izquierda Unida ha presentado en el Congreso de los diputados. Propuesta que mezcla el más rancio intervencionismo con prácticas franquistas y una intencionalidad política que roza el esperpento para invitar descaradamente a la censura pura y dura. Por no extenderme recomiendo tres buenas reflexiones al respecto (aquí, aquí, y aquí).
 
Por resumirlo en pocas frases: sólo será periodista aquel que así quede acreditado por un "consejo de información" (del que habrá 18 en todo el estado). El carnet podrá no ser renovado al cabo de un plazo (o lo que es lo mismo, te pueden revocar tu carnet de periodista), y los directores de medios o incluso de "páginas y sitios" (sic) deberán ser periodistas acreditados. En fin…
 
Se da la circunstancia de que el arriba firmante, licenciado en Derecho, es desde hace más de seis años director de un medio online sin ánimo de lucro. Es decir, que ni tengo una empresa, ni soy empleado ni hay ningún papel que lo demuestre. Sin embargo actúo como profesional del periodismo en diversos medios, congresos, en mi propio diario y nadie –espero– podría negarme el carácter de profesional de la información. Freelance, si se quiere. ¿Acaso alguien va a intentar coartar mi derecho a dirigir un medio o escribir en otros en virtud de que un consejo me otorgue un carnet?
 
¿Qué ocurre con los miles de weblogs, páginas informativas, diarios online amateur o profesionales dirigidos por no periodistas? ¿Dejarán de recibir la consideración de medios? ¿Estarán fuera de la ley?
 
Resumo aquí una problemática que los señores de IU han sido completamente incapaces de plasmar en su pobre, corporativista y anacrónica propuesta, que por encima de todo ataca a la Red y a todo aquello en lo que hemos avanzado (sin ánimo de volver atrás) en el mundo del periodismo digital en estos años. La revolución ya ha comenzado, no hay forma de pararla y la realidad social dicta que estatutos como el propuesto son regresivos y reaccionarios, propios de otra época, y que en lugar de defender al periodista atacan al ciudadano con derecho a crear su publicación cuando quiera sin que ninguna ley se lo pueda impedir o considerarle como periodista de segunda categoría.
 
Ponerle puertas al campo es estéril y contraproducente. Y si esta ley sale adelante ocurrirá exactamente lo mismo que está ocurriendo con la famosa LSSI: será una ley polémica que jamás se aplicará en el mundo real. Y si no, al tiempo. Yo, por mi parte, prefiero cambiar el principio general del derecho y decir que la ignorancia de esta ley no exime de su incumplimiento. Porque pienso hacer ambas cosas: ignorarla e incumplirla.
 
Eduardo Pedreño es editor deDiarioRed.com

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