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Fundación Heritage

El desafío de Rice en China

Estados Unidos está buscando una relación constructiva y de cooperación con China, pero el comportamiento de Pekín está yendo cada vez más en contra de los intereses americanos y de sus aliados

Peter Brookes

Pekín será la última escala del viaje estilo “trotamundos” por 6 países asiáticos de
la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, pero les aseguro que será su prioridad principal.
 
Con el reciente drama desarrollándose en Oriente Medio, es fácil perder de vista el asunto de mayor importancia estratégica: El ascenso de China como potencia mundial.
 
Con una economía al rojo vivo, un abultado crecimiento en defensa, un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y un arsenal nuclear en aumento, China está convirtiéndose rápidamente en una potencia asiática y global.
 
Cada día más confiados en su poder político y económico, Pekín está en punto muerto cuando se trata de los más volátiles temas de seguridad internacional actuales que incluyen a Corea del Norte, Irán y la estabilidad en el estrecho de Taiwan.
 
Podría decirse que las relaciones americanas con Pekín son más estables ahora que en cualquier otra época reciente. Pero el potencial de enfrentamiento político y hasta militar con EEUU y sus aliados sobre cruciales temas de seguridad está siempre presente y en aumento.
 
Lo más preocupante de todo es el crecimiento militar de China. Apoyándose en un aumento del presupuesto militar de dos dígitos los últimos 14 años seguidos, que incluye un aumento extra del 13% este año, China tiene el segundo presupuesto de defensa más grande del mundo: 65 mil millones de dólares.
 
Respaldado por sus compras al por mayor de avanzados cazas rusos, submarinos y destructores, el incremento bélico de China excede claramente sus necesidades de defensa. De Japón a India, las preguntas que se hacen las capitales asiáticas y Washington sobre las ambiciones estratégicas chinas están poniendo nervioso a más de uno.
 
En ningún sitio hay más tensión que en Taiwán, a quien China considera una provincia renegada desde la guerra civil de 1949. Como China tiene la intención de recuperar Taiwán, Pekín rechaza renunciar al uso de la fuerza para resolver el futuro de Taiwán.
 
El problema: La política americana insiste que el futuro político de Taiwán debe ser definido por medios pacíficos, es decir, que un ataque chino a Taiwán sería respondido con una acción militar americana.
 
Tal como lo dijo el director de la CIA Porter Goss al Congreso el mes pasado: "La modernización militar de Pekín y su incremento militar están inclinando la balanza de poder en el estrecho de Taiwán (a favor de China)".
 
Efectivamente, Goss advirtió que las nuevas capacidades militares chinas amenazaban de manera creciente la seguridad americana y las fuerzas militares en el Pacífico: Nuevos misiles balísticos, submarinos y " misiles más robustos y con armas nucleares de alta supervivencia" capaces de llegar al territorio continental americano.
 
La más reciente provocación es la ley contra la secesión que China está considerando, dirigida contra Taiwán. Esa ley da a China el derecho de usar la fuerza militar contra Taiwán si Pekín "percibe" que Taipei está yendo por el camino hacia la independencia. Por supuesto que la ley es pura ostentación de poder militar diseñado para desalentar a Taiwán y contrarrestar la política taiwanesa de Washington.
 
Reiniciar las conversaciones del Acuerdo de las 6 partes sobre el programa nuclear de Corea del Norte también estará en primera línea de la agenda de Rice. Pyongyang anunció en Febrero que sí tiene armas nucleares. Y para empeorar las cosas, Corea del Norte dio por terminada una moratoria que se había autoimpuesto para las pruebas de misiles de largo alcance, capaces de alcanzar partes de la costa oeste de Estados Unidos.
 
Bandera de la República de TaiwánChina, viejo aliado del Norte y el donante más grande de ayuda y energía tiene más influencia con Pyongyang que nadie. Por eso, los funcionarios americanos han hecho público su descontento ya que Pekín no está apretándole las tuercas a Corea del Norte en lo de las armas nucleares o para que regresen a la mesa de negociaciones.
 
Explicación: Pekín está usando el Acuerdo de las 6 partes, que no se ha reunido desde Junio, para aumentar su peso político en Washington a la hora de tratar temas tan delicados como el apoyo americano a Taiwán.
 
Otro tema crucial: Irán. La Unión Europea y EEUU están convencidos que Irán busca armas nucleares, pero hasta ahora Pekín ha dicho que ellos no apoyarán sanciones económicas contra Teherán en el Consejo de Seguridad de la ONU.
 
¿Por qué? La economía y la preeminencia global de EEUU.
 
China acaba de firmar un contrato de 25 años por 100 mil millones de dólares por petróleo y gas con Irán para satisfacer su insaciable apetito de energía. Y claro, llevar a Teherán a la ONU entorpecería futuros arreglos energéticos y de negocios.
 
Pekín también quiere dividir la atención estratégica americana reforzando la mano iraní en Oriente Medio. De acuerdo con la CIA, China ha ayudado a la construcción del misil balístico iraní, con armas químicas y al programa de armas convencionales.
 
Estados Unidos está buscando una relación constructiva y de cooperación con China, pero el comportamiento de Pekín está yendo cada vez más en contra de los intereses americanos y de sus aliados.
 
China anhela tener aceptación internacional y respeto como potencia responsable. Para ganárselo, China debe resolver el futuro de Taiwán de manera pacífica, ayudar a desmantelar el programa nuclear de Corea del Norte y terminar con sus apoyos respecto a las armas de destrucción masiva y los programas de misiles de Irán. Cualquier otra cosa sería insuficiente.
 
La visita de la Secretaría Rice a la milenaria China no resolverá todos estos problemas. Pero con el éxito reciente a sus espaldas del tour europeo y a Oriente Medio, su visita a Pekín le permitirá marcar la pauta y el tono para encargarse del desafío más crucial en política exterior de este siglo.
 
Peter Brookes ha sido sub asistente de la Secretería de Defensa de los Estados Unidos y actualmente es Miembro Senior de la Fundación Heritage, columnista del New York Post y Director del Centro de Estudios Asiáticos.
 
©2005 Peter Brookes
©2005 Traducido por Miryam Lindberg
 
Libertad Digital agradece a la Fundación Heritage el permiso para publicar este artículo.

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