Siempre ávidos de los balones de oxígeno que les proporciona la guerra de Irak, los socialistas españoles han recogido con alborozo las informaciones del diario El País sobre la presencia de policías españoles en Guantánamo. Piensa el partido de Zapatero que juntar en una misma frase las palabras Irak-Guantánamo-PP les dará el respiro necesario ante la que está cayendo en Mauritania y Bruselas con la legalización de Batasuna. Resucitar Irak, sin la más mínima vergüenza, es así la táctica habitual.
Tan poca vergüenza ha tenido la izquierda enmoquetada, que incluso han reconocido que entre las pistas que llevaron a los policías españoles a Guantánamo, había una que llevaba hasta el mismo Jamal Zougam, hoy sentado en el banquillo por la masacre de Atocha. O sea, que se comunica a la Policía española que entre los detenidos hay miembros de una posible trama islamista en España. La policía acude unos días, los interroga, y salen los nombres de Abu Dahdah y Zougam. Y un año después, Zougam presuntamente participa en el atentado del 11-M que asesina a casi doscientos conciudadanos. Y va la izquierda y monta el escándalo. Alucinante.
Tan nerviosos están que incluso la información publicada justificaba los hechos que pretendidamente denunciaba. Pero, ¿por qué el PSOE monta un escándalo sobre algo perfectamente justificable y que bajo su Gobierno se hubiera realizado igualmente? Porque colocando en la misma frase las palabras Irak-Guantánamo-PP estira los tiempos de la pancarta, cuando tan bien le iba sin tener ninguna responsabilidad. Y porque intuye que el Partido Popular encaja mal todo lo referente a Irak.
Esta intuición lleva y llevará a la izquierda a resucitar, día sí y día también, todo lo relacionado con Irak, venga o no a cuento, sea o no justificable. El PSOE hablará de Irak y de Guantánamo por mucho que el sentido común y el Partido Popular indiquen que la cosa no viene a cuento. Como esta semana, el contenido les dará igual, siempre que puedan relacionar a Irak con Rajoy. Y puesto que el comportamiento del Partido Popular fue entonces riguroso, responsable y leal, no hay motivo para no recordárselo al partido de la rendición preventiva, la excarcelación de De Juana y el abandono de policías españoles en el extranjero. Eso sí, será necesario tenerlo lo suficientemente claro y reconocer que, con fallos y errores, el Partido Popular hizo lo correcto.
