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GEES

La paz armada de Zapatero

No deja de resultar paradójico que sea precisamente un Gobierno que ha hecho de la paz su principal bandera electoral el que más armas venda a todo el mundo y el que más las utilice las propias en los escenarios de conflicto.

El pacifismo radical de Zapatero está lleno de contradicciones. Por un lado, la presencia de militares españoles en zonas de conflicto es mayor que nunca. Y también, como demuestra de forma dramática la muerte de una soldado española en Afganistán, más peligrosa que nunca. No hay avispero en el mundo, desde Afganistán al Líbano, pasando por el Congo, en el que Zapatero no haya enviado sus fuerzas pacificadoras con riesgo para la vida de nuestros soldados. Todo por la causa de la paz universal.

Simultáneamente, nunca España había exportado más armas al mundo que con el Gobierno de Zapatero. Bono se tomó la venta de armamento como una cuestión personal y realizó gestiones muy directas en varios países para lograr contratos que beneficiaran a algunas empresas españolas. España se ha especializado, de hecho, en la venta de armas a regímenes no democráticos, como es el caso del coronel Chávez en Venezuela o de la monarquía alauita, entre otros países con los que se han firmado importantes contratos de venta de armamento impulsados por el Gobierno socialista.

El resultado de todo esto es que, según nuestras estimaciones, las exportaciones de armas de España se acercaron en el año 2005 a los 1.500 millones de euros, un espectacular crecimiento respecto al año anterior. Las exportaciones de armas representan actualmente más de un tercio de la facturación total del sector defensa en nuestro país. Es más, en un momento en el que la demanda de nuestro propio Ministerio de Defensa parece retraerse por los problemas financieros del departamento y por la adquisición de equipos importados para las Fuerzas Armadas españolas, como ha ocurrido en el caso de los aviones no tripulados o de distintos tipos de misiles, la exportación parece la única vía de salvación para este sector.

El GEES siempre ha considerado que una industria de defensa fuerte y competitiva constituye no sólo una aportación relevante para la economía nacional y un imprescindible impulso al desarrollo tecnológico de nuestro país, sino que es además un pilar estratégico para nuestra propia defensa y seguridad. Nos felicitamos por ello por los éxitos exportadores de nuestras empresas de defensa, aunque exijamos unos mínimos democráticos a nuestros clientes, y apoyamos sin reserva la presencia de nuestras tropas en el exterior. Sin embargo, no deja de resultar paradójico que sea precisamente un Gobierno que ha hecho de la paz su principal bandera electoral el que más armas venda a todo el mundo y el que más las utilice las propias en los escenarios de conflicto.

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