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Carlos Semprún Maura

Grandes y pequeñas maniobras

Cuando los medios afirman que Rocard y Kouchner han fracasado se apresuran demasiado, porque aún no se sabe cuántos militantes y simpatizantes socialistas van a seguir sus consejos y votar a Bayrou en la primera vuelta, que es el objetivo de la maniobra.

O son tontos o fingen serlo, porque no se entiende la sorpresa, el escándalo y el estupor con los que periodistas y políticos han acogido las declaraciones de Michel Rocard y Bernard Kouchner en las que pedían una alianza entre Ségolène Royal y François Bayrou, el PS y la UDF, sin perder un segundo, antes de la primera vuelta, para derrotar a Nicolas Sarkozy. No han sido además los primeros porque, aunque haya pasado más desapercibido, ya la semana pasado se publicó en prensa un documento en el que, bajo un seudónimo colectivo, un grupo de altos funcionarios socialistas propusieron exactamente lo mismo.

Estas declaraciones no precisan algo esencial para los candidatos: quién debería retirarse para dar todas las ventajas al otro, que reuniría a todos los electores socialistas y centristas en torno a su nombre. Insisten en cambio, en que el PS no puede ganar solo ni gobernar sin alianzas, y que el mejor socio posible, según ellos, es el "centro reformado", la UDF de Bayrou. Evidentemente, estas consideraciones no son sino argucias y diplomacia electoral, porque lo que quieren decir Rocard y Kouchner es que Ségolène es un desastre tal que más vale votar por Bayrou como moindre mal, o mal menor.

El estupor provocado por estas propuestas no se justifica, porque las cosas están bien claras aunque se hayan dicho explícitamente, y es ridículo luchar contra molinos de viento. Como era de esperar, ni François Bayrou ni Ségolène Royal han aceptado tan malévolas propuestas, aunque a Bayrou le haya parecido bien llegar a un acuerdo, pero después, cuando ya sea presidente. Y es que tanto él como Royal dicen estar seguros de ganar.

Cuando los medios afirman que Rocard y Kouchner han fracasado se apresuran demasiado, porque aún no se sabe cuántos militantes y simpatizantes socialistas van a seguir sus consejos y votar a Bayrou en la primera vuelta, que es el objetivo de la maniobra. Se trata de derrotar a Ségolène sin que gane Sarkozy, y la única baza que tienen es Bayrou. Así lo ha entendido también Royal, quien con tono de mártir se quejó este fin de semana en un mitin de que sus camaradas elefantes no se han ahorrado ninguna trampa.

Estos chanchullos y maniobras de última hora no se reflejan en los sondeos. El último, de TNS-SOFRES-Unilog para RTL-LCI-Le Figaro, que publica el diario este lunes, asegura que las intenciones de voto para la primera vuelta del próximo domingo son: Sarkozy 30%, Royal 26%, Bayrou 17% (pierde 3 puntos), Le Pen 12% y, para mi satisfacción personal, José Bové sigue con su 2%. Pero los sondeos, ya se sabe... Esperemos el voto.

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