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Isabel Durán

Amor a la patria

La patente etarra recibirá de inmediato caudales procedentes del erario con que matar a sus propias víctimas. Misión cumplida. O "compromisos adquiridos", segunda parte.

"Mis queridos compatriotas de esta gran, vieja y bella Nación. Amo a Francia como quien ama a un ser querido", han sido las primeras palabras del recién elegido presidente de Francia. Toda una lección de patriotismo que, sinceramente, me ha provocado una gran alegría al tiempo que una honda envidia. Menuda suerte tienen nuestros convecinos, qué buena elección, ¡enhorabuena!

Nicolás Sarkozy es un hombre profundamente liberal, votado abrumadoramente en unos comicios con una legitimidad avalada por una participación histórica. Un presidente que proclama sin complejos que va a devolver el orgullo a los franceses. Y que además lo va a hacer sin odio a los demás, sin que nadie se sienta excluido, porque "no es la victoria de una Francia contra otra". O sea, lo mismito que el presunto presidente de todos los españoles.

Y es que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a La Moncloa y se avergonzó de ser español. Pactó con los enemigos de España convertir en un Estado residual esta gran, vieja y bella Nación. Rompió las reglas de juego de la democracia para allanar el camino hacia la independencia a quienes someten a España a un constante chantaje e incluso pactan treguas para que los terroristas miren en el mapa a la hora de poner las bombas. Pero eso fue sólo el principio.

Rodríguez Zapatero no ha parado hasta conseguir que los pistoleros estén en las elecciones y se instalen de nuevo en las instituciones. Tan lejos ha llegado que incluso nuestro más alto tribunal, el Supremo, le ha dicho que el Gobierno que debió pedir la ilegalización de ANV. Es decir, que si no persigue a esta marca electoral de la ETA es porque no puede, al haberlo impedido Zapatero no impugnando todas las listas o lo que es lo mismo, al entregarles sus feudos tradicionales. La patente etarra recibirá de inmediato caudales procedentes del erario con que matar a sus propias víctimas. Misión cumplida. O "compromisos adquiridos", segunda parte. Sigue siendo sólo el principio.

De Juana y los blanqueados etarras campan ya a sus anchas y el Gobierno socialista está "deseando recibirles" (Bermejo dixit). El objetivo, la diana, no es la ETA, es el PP. Coincidencia de intereses. Amor a la patria, versión ZP.

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