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La UE dice que las empresas Tigre y Tortuga se salvarán de la crisis

En el II Congreso ECOFIN del próximo 10 de junio se presentará un estudio realizado por la revista de análisis en el que se señalan las distintas tipologías empresariales existentes y cuáles son los modelos de éxito en tiempos de crisis, como los que padecemos en la actualidad.

(Libertad Digital) Los modelos empresariales que están saliendo fortalecidos por la coyuntura son aquellos definidos por los expertos como “Tigre” y “Tortuga”.

Por el contrario, decenas de miles de empresas que en otro momento se consideraron ideales, como las “Gacela” y “Mirlo”, están desapareciendo minuto a minuto devoradas por los créditos y el cierre del grifo bancario, además de por las oleadas de morosos que han aflorado y seguirán haciéndolo hasta el 2012.

Las “Empresas Tigre” son aquellas caracterizadas por modelos comerciales muy agresivos, donde el precio es su principal arma comercial, así como las promociones y los modelos coercitivos de venta, sea telefónica o presencial. Se trata de compañías de distinto tamaño, las hay pequeñas y grandes empresas, pero cuyo denominador común es su escasa estructura industrial y patrimonial, así como su focalización a la venta.

No están sometidas a grandes estructuras de empleo, ni de financiación externa, por lo que pueden galopar por la pradera del mercado en busca de clientes que arrebatar a compañías menos flexibles en precio, redes y condiciones. Además, muchas de ellas son empresas de distribución o comercializadoras que venden al contado (al momento o en menos de 30 días), mientras que se financian de sus proveedores a los que abonan mercancías y servicios en plazos de 90 a 180 días de media.

En grandes empresas, podrían ser modelo de “Empresas Tigre” las de gran distribución que han puesto el foco en la gama blanca y las promociones, como Mercadona, Dia o Media Mark. La crisis les hará salir fortalecidas en sus cuotas de mercado y en la fidelización de clientes, a la vez que eliminarán a centenares de competidores.

Pero también hay modelos pymes en negocios de barrio adaptados a prestar un servicio profesional a bajo precio (dentistas, asesores fiscales, masajes, bares) o especializadas en productos de importación de bajo precio (tiendas de saldo de bolsos y zapatos de la Gran Vía madrileña, por ejemplo).

Algunos han hecho de la oferta, la liquidación o la promoción su modelo de negocio. Otros tienen redes de venta en el hogar o televentas muy agresivos. La clave es no tener mercadería propia en stock, sino financiada por el proveedor, importador o fabricante.

“Empresas Tortuga”

Las “Empresas Tortuga” son aquellas caracterizadas por modelos conservadores de gestión que las hicieron ser objeto de desprecio en los años de bonanza y expansión de la economía, de sus competidores y del sector donde se ubican; pero que actualmente son objeto del deseo.

Las hay en todos los sectores, incluido el de la construcción y el inmobiliario. Se trata de modelos empresariales en los que el propietario decidió tener una política conservadora de negocio, primando la rentabilidad y la ausencia de riesgo, al volumen de crecimiento.

Así, hay compañías constructoras que sólo se especializaron en Obra Pública estatal y vivieron casi ajenas a la especulación inmobiliaria de la vivienda, o no fueron atrapadas en obras públicas municipales de largo ciclo de recobro como el actual. Por ello, el grado de apalancamiento financiero es escaso y en ningún caso es corporativo, sino que su riesgo está concentrado en cada una de las adjudicaciones y obras en las que trabaja, lo que diluye el riesgo financiero.

El “modelo Tortuga” es más fácil de ver en compañías pequeñas y negocios, casi todos considerados como empresa familiar. Son firmas que crecieron con recursos propios, adquiriendo inmuebles con las rentas del negocio.

Su dependencia financiera externa se compensa con la generación de recursos propios y patrimonio que realizaron durante los años de vacas gordas, por lo que ahora pueden hacer lo que la hormiguita y vivir de lo que han almacenado, pero además están en mejores condiciones de competir porque tienen menos carga financiera ahora que los intereses bancarios se están disparando para aquellos privilegiados que aún mantienen líneas de crédito y de descuento abiertas en entidades financieras.

En fin, su caparazón es duro. Pueden ser pisoteadas por el desprecio financiero de los bancos, por la pérdida de ingresos en el negocio, por la picadura de los morosos… pero debajo de su caparazón tienen recursos suficientes para acomodar precios, reducir costes y tirar de patrimonio propio para financiarse. Son modelos de negocio duros de pelar y capaces de hacer la travesía del desierto con garantías.

“Empresas Gacela”

Las “Empresas Gacela” están siendo la carne de cañón de las listas negras bancarias. Son modelos de éxito diseñados pensando en rápidos crecimientos, fuertemente apalancados con recursos ajenos (desde capital riesgo a créditos bancarios de todo tipo) y cuyos balances sólo se sustentan en fuertes volúmenes de venta que en muchos sectores se están evaporando.

En muchos casos se basaron en la creación de marca, más que en el sustento de un producto o servicio exclusivo, diferencial y necesario. Dentro de este modelo, muchos optaron por el crecimiento mediante redes de Franquicia o de Distribuidores exclusivos.

Esta modalidad “franquiciada” tiene aún más los pies de barro, ya que la desaparición en cascada de muchos de los eslabones más débiles de la cadena hace caer por el suelo a toda la marca y empresa Gacela. Son miles los nombres de franquicias que están padeciendo esta situación, desde la inmobiliarias y de broker financiero (reunificadoras de deuda), hasta enseñas textiles, de restauración o de servicios profesionales.

Otra variedad de “Empresa Gacela” es la de vertiente tecnológica. En muchos casos, las empresas se diseñaron para correr y correr a fin de engordar el cerdo y servirlo en Navidad a un grupo de inversores TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones). Pero ya ni existen los bancos de inversión, ni los inversores individuales (families offices y grandes patrimonios) confían en estas inversiones tachadas ahora de alto riesgo.

Se trata de empresas sin patrimonio, sin grandes inversiones con capital propio, fuertemente apalancadas y cuyo producto tecnológico no siempre está desarrollado al cien por cien.

Muchos de los modelos pymes han tenido que cerrar en la primera oleada de la crisis debido a la llegada de los primeros impagos a los que no había una respuesta de autofinanciación, por lo que la ausencia de ingresos y el cierre del grifo bancario formularon la ecuación de la bajada de la persiana del negocio, que en la mayoría de los casos ni ha pasado por la liquidación ordenada de la firma.

Hay muchos de estos ejemplos en empresas de Internet, de contenidos, de software, de sistemas, de distribución informática, de marketing avanzado, de medios de comunicación, de consultoría.

Las “Empresas Mirlo”

Las “Empresas Mirlo” son otras de las consideradas en peligro de extinción. Decenas de miles de inversores buscaron estos “mirlos blancos” durante más de una década para hacer apuestas fuertes de financiación, crecimiento y plusvalías.

Hay empresas de este tipo en todos los sectores, ya que es más un concepto de negocio de nicho aplicable a un sector exclusivo. Es decir, son firmas normalmente creadas por profesionales de éxito que en un momento determinado crearon su propia firma para aprovechar la flexibilidad o la oportunidad que en las grandes empresas nacionales o multinacionales donde trabajaban no eran capaces de exprimir en todo su jugo. Surgieron por todos los rincones.

Hubo publicistas que crearon su firma especializada en las promociones del canal noche, otras que buscaron su nicho en la segmentación o en una central de medios para pymes, genios de internet que diseñaron sus modelos de marketing viral, consultores que prepararon sus modelos de recobro de facturas traspapeladas en las grandes empresas de distribución, empresas de azafatas de congreso, imprentas de estuchados especiales, carpinteros artesanos, abrillantadores de fachadas o industriales de lo exquisito.

Miles de ideas, de negocio y de nichos cuyo tamaño en época de carestía se adelgaza y adelgaza hasta romperse la cuerda que soporta el equilibrio de ingresos y gastos. La industria del lujo está llena de ejemplos, pero también las TIC y el mundo de los servicios profesionales.

En resumen, hay modelos de éxito empresarial a tener en cuenta y otros a excluir a toda costa hasta el año 2012 en el que los analistas, empresarios y directivos encuestados por la revista ECOFIN coinciden en señalar como el año de la normalización. No se alcanzarán las cuotas de negocio del 2005, pero se andará cerca ya en generación de PIB, creación de empleo y volumen de transacciones comerciales. Esta es la opinión de más de 1.150 directivos y empresarios encuestados por la revista de análisis ECOFIN.

El 10 de junio, en Madrid

El informe sobre ‘Modelos de éxito y Oportunidades de Negocio’ se presentará en el trascurso del II Congreso ECOFIN que se celebrará el próximo miércoles 10 de junio en Madrid.

El encuentro versará sobre “Crédito, Riesgo y Oportunidades en Tiempos de Crisis”, con la participación de importantes analistas, empresarios, directivos y consultores, además de parlamentarios del PSOE, PP y CiU en el debate final.

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