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LA PRENSA DE UN VISTAZO

La película que Pedro J. no se traga y el rebujito de Antonio Burgos

Unanimidad en las portadas. Ben Laden desarmado, a vueltas con Bildu y la mentirijillas del Gobierno con el Alakrana.

El País viene de cine. "Contacto visual con Gerónimo... enemigo muerto en acción", titula. Como no quiere presentar a la mosquita muerta de Obama como el terrible vengador, le da un capita de maquillaje. "La decisión más difícil de Obama", titula en páginas interiores. "Meditó durante 16 horas antes de atacar". Y para meditar mejor, cuenta La Razón que "se levantó pronto para poder ir a jugar al golf. Nada hizo pensar al resto del equipo de la Casa Blanca que iba a ser un día diferente. A todo el mundo le pasó desapercibido que el demócrata jugó sólo 9 agujeros en vez de los 18 que acostumbra". Qué poco observadores, si se hubieran fijado se hubieran dado cuenta de su zozobra interna: matar o no matar, he ahí el dilema.

En el editorial, el diario de Prisa se relaja para insultar a Bush, que "decretó un Estado de excepción mundial permanente y validó la tortura y las guerras ilegales". Pero luego hay que hablar de Obama y empiezan las contradicciones. "Sería difícil negar que EEUU está legítima y legalmente en guerra defensiva contra Al Qaeda". A ver, majos. ¿En qué quedamos? Es una "guerra ilegal" o "legítima y legal". Espera El País que el "conocimiento exacto de lo ocurrido permitirá en su momento conocer hasta qué punto Obama ha sido escrupuloso en el uso de lo métodos legítimos". ¿Tendría Bush este beneficio de la duda?

El Mundo le exige a Obama varias explicaciones. Primero que enseñe las imágenes del terrorista "para evitar que sigan alimentándose las especulaciones", y después que aclare "por qué los soldados dispararon a matar al terrorista si estaba desarmado" porque eso convertiría su muerte "en un asesinato a sangre fría".

Mientras llegan las explicaciones de Obama, Pedro J. se entretiene atizando al Constitucional, "un tribunal fruto de cuotas políticas, por lo que no cabe ser optimista" con su decisión sobre Bildu. "Si se consuma la legalización, quedará en evidencia el doble juego practicado por el Gobierno, pues será difícil que alguien se trague la película de que el ejecutivo ha hecho todo lo posible" para que ETA no esté en las instituciones. También habla El Mundo de la amenaza del PNV de romper su apoyo al gobierno. "Al Grupo Parlamentario Socialista le tiemblan las piernas", dice. En ese punto discrepa El País. "Se trata de fuegos artificiales electorales que quedarán en nada. Nadie se cree el órdago del PNV porque no se puede permitir el lujo de dejar caer a Zapatero". Se admiten apuestas. Yo voy con la versión de El País.

ABC lo tiene claro. "La muerte de Ben Laden es una buena noticia". Y punto. Aunque al pobre Antonio Burgos le han amargado la Feria de Sevilla. No entiende que los americanos y medio mundo celebren "esta pena de muerte sin juicio previo (...) No entiendo nada. Absolutamente nada. Será que me he pasado con el rebujito. Pero ni borracho me puedo yo alegrar como cristiano por una muerte. Aunque sea la muerte de un asqueroso moro asesino".

Anda, Antonio, échate unos bailecitos por sevillanas y cuidado con el rebujito, a ver si te va dar una llorera de esas etílicas y la lías en la Feria. Imagínate el panorama. ¡Buaaa, ha muerto Ben Laden, buaaa, lo han matado! Y les amargas la fiesta a los sevillanos. Aunque me acaba de contar un pajarito que eres abstemio. ¡Un abstemio en la Feria de Sevilla! No sé qué es peor.

Su compañero de columna, Ignacio Camacho, no comparte para nada su pena. "Hay una parte de la opinión pública a la que causa desagradable consternación la decisión de Obama de eliminar a Ben Laden por las bravas". Son "espíritus bienpensantes" que creen que hay que "dejarse asesinar" y un síntoma de "pusilanimidad intelectual". ¿Estará mirando de reojillo a su vecino Antonio?

La Razón le dedica un sospechoso titular a Camps en portada que no tiene nada que ver con Gürtel. Algo así como propaganda o intento de rehabilitar políticamente al valenciano. Sobre Ben Laden, cuenta que en Nueva York se lo están pasando en grande. Ayer llevaron su imagen tachada a las pantallas gigantes de Times Square. "EEUU saborea la victoria sobre su enemigo". Y en el editorial nos mete el miedo en el cuerpo. "Conviene no olvidar que el sucesor de Ben Laden ha puesto a su mitificado Al Andalus en el punto de mira. La amenaza sigue presente". Alarmistas, ellos. Como detallitos de la peli, cuenta que "Obama no movió un músculo de la cara durante los minutos que duró el ataque" y que Ben Laden "regaló un conejo a un niño".

A Público no le ha parecido nada bien la entrada a saco de Obama, pero no le llaman asesino ni nada. Qué va. Titulan: "Matar a Bin Laden dispara la popularidad de Obama", y en un análisis le reprochan que "acordó cruentas acciones militares el mes que recibió el Nobel de la Paz" y que "llama justicia a la muerte de Bin Laden". Con mucha delicadeza, Marco Schwartz habla de la "muerte de Osama Ben Laden" y pide "transparencia" en la "eliminación del terrorista".

Pedro J. es la víctima de las iras de Ignacio Escolar, que sí que está super indignado con la muerte de terrorista. "El verdadero líder de la oposición", dice. "El mismo que en los ochenta defendió la guerra sucia y en los noventa se convirtió en el mayor crítico contra el terrorismo de Estado elogia ahora la ejecución de Bin Laden (...) ¿Es más justa una ejecución extrajudicial legalizada? La respuesta es no, pero hay papel prensa que lo aguanta todo", dice furibundo.

En La Gaceta, Carlos Dávila le lleva la contraria a Escolar. "Lo que han hecho los EEUU con Bin Laden no ha sido un crimen de Estado, sino una actuación bélica reconocida hasta por el presidente". Se deshace con Obama. "Ha devuelto el orgullo a su país", ha lanzado el mensaje de que "atacar a EEUU no sale gratis", no como aquí, donde el Gobierno "pone alfombra roja a los asesinos para que lleguen a las instituciones".

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