Este jueves 4 de agosto se cumplen 50 años del nacimiento de Barack Obama, y 51 del de José Luis Rodríguez Zapatero. Ambos mandatarios afrontan su onomástica en dos momentos complicados para sus países, marcados por la crisis de deuda estadounidense y la prima de riesgo española completamente fuera de control.
A pesar de tratarse de dos momentos críticos, la celebración de sendos cumpleaños no podría ser más distinta. El presidente de EEUU ha podido dedicarse un respiro gracias al acuerdo firmado el pasado domingo con los republicanos, y ha optado por darse un pequeño homenaje por su medio siglo.
"Estoy reportando desde Chicago. Con una pequeña celebración en mi casa", ha dicho Obama antes de conversar en una videoconferencia con algunos seguidores demócratas. Posteriormente, el presidente se dirigió a un gran evento de recaudación de fondos y más tarde tenía prevista una cena con donantes, que han pagado 35.800 dólares por entrada.
En el acto celebrado en la sala Aragon de Chicago, estuvo acompañado por el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, quien fuera jefe de gabinete de Obama, y por el músico de jazz Herbie Hancok, que interpretó unas canciones al piano.
Entre la audiencia, se podía ver a varias personas que portaban gorras con el número 50, en referencia al cumpleaños del presidente estadounidense, que para la ocasión lucía un nuevo corte de pelo.
La ganadora de un premio Grammy, Jennifer Hudson, recibió a Obama cantando el "Cumpleaños Feliz", que fue coreado por todos los asistentes. Un momento que ciertamente recordaba a aquel otro en que Marilyn Monroe le cantó sensualmente al entonces presidente estadounidense esa misma canción.
Zapatero podría soplar las velas sin compañía
La perspectiva con la que el presidente del Gobierno español sus 51 años no podría ser más distinta a la de su homólogo estadounidense. De hecho, la complicada situación económica que atraviesa nuestro país es casi seguro que obligue a Zapatero a estar lejos de su familia esta fecha, según informan fuentes de Moncloa.
Y es que el jefe del Ejecutivo tuvo que suspender ese mismo martes sus vacaciones en Doañana, después de que la prima de riesgo superara los 400 puntos básicos, y tuvo que regresar a su despacho para seguir de cerca las vicisitudes de la crisis de la deuda. Debido a la incertidumbre, aún se desconoce si podrá finalmente reunirse con su entorno para celebrar, posiblemente, su cumpleaños más amargo.