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Piden siete años y medio de cárcel para una joven por tocar el piano en casa

El fiscal pide siete años y medio de cárcel y cuatro de inhabilitación a una joven de 26 años y sus padres por tocar el piano en horario diurno.

La joven Laia, de 26 años, empezó a estudiar música en Manresa y continuó en el Conservatorio del Liceo. Compagina sus estudios con conciertos y diversas giras. Su práctica constante del piano –de 9 a 13 horas y de 14 a 18- figura en los informes del fiscal, pero expuesta de muy distinta manera, informa La Vanguardia.

Pero una vecina ha denunciado por ruido y contaminación acústica a la familia, que reside en Puigcerdà. El fiscal pide siete años y medio por contaminación acústica y lesiones psíquicas, y hace extensiva la denuncia a los padres de la joven, a los que considera cómplices. El letrado de la familia, Marc Molins Raich,  que este asunto "es un buen ejemplo de lo que no debe hacerse con el derecho penal".

En octubre de 2003 los padres de Laia le compraron un piano, y que entre esta fecha y septiembre de 2007 "alentada y ayudada activamente por sus padres, se dedicó a tocar el piano en el domicilio durante un mínimo de cinco días a la semana, desarrollando dicha actividad desde las 9 a las 13 horas y desde las 14 a las 18 horas".

Este hábito incomodó a una vecina, que interpuso una denuncia que derivó en inspecciones del ayuntamiento de la ciudad y de la dirección general de Qualitat Ambiental, que señalaron que se superaban los límites legales. La denunciante sufrió ansiedad y llegó a abandonar temporalmente la vivienda, según el fiscal.

La denuncia, además, se retrotrae al año 2007. Ante los problemas causados, los padres de Laia dejaron el piso de alquiler y se trasladaron a una casa más aislada para que su hija pudiera desarrollar su talento sin problemas.

El escrito del ministerio público añade un último castigo a Laia, una inhabilitación de cuatro años "para el ejercicio de cualquier profesión u oficio relacionada con el uso de pianos como instrumento musical".

Molins Raich, abogado de la joven, asegura en La Vanguardia que los siete años y medio que pide el fiscal son un exceso, ya que la jurisdicción está reservada al castigo de conductas “más graves y ofensivas”. En caso de ir a juicio, se tendría que haber tratado de la “vía civil o administrativa”. Por no “comparar el uso de un piano con el ruido de una discoteca o un aeropuerto”, algo que es equivocado e injusto”.
 

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