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La agonía del nacionalismo andalucista espera un milagro del congreso de julio

Aunque el nacionalismo andalucista no está del todo muerto, pero como si lo estuviera. 

Un exaltado andalucista decía hace cuatro años que para que algo mejore es preciso que antes vaya mal. Se le olvidó decir que para que algo muera se necesita la misma condición: que algo vaya mal.

En el caso del andalucismo nacionalista, parece que el horizonte letal, tras una larga agonía, es el más probable tras la desaparición del partido del mapa electoral andaluz. Sólo en las elecciones municipales, el Partido Andalucista ha conseguido conservar algunas alcaldías. De hecho, aunque no esté del todo muerto, es como si lo estuviera: inconsistencia ideológica, succión de un cierto andalucismo por las grandes fuerzas políticas, descrédito de sus líderes, desastre organizativo, navajeo interno y desilusión autonomista en una sociedad donde el nacionalismo regional ha costado y cuesta demasiado caro a los ciudadanos españoles. Pero, sobre todo, el factor decisivo que parece haber influido en la descomposición definitiva ha sido el apoyo dado al régimen socialista andaluz de Manuel Chaves durante dos legislaturas. 

La situación es tan de extremaunción política que el Comité Nacional Andalucista (CNA), máximo órgano entre congresos del Partido Andalucista, ha aprobado la creación de una Comisión Gestora Nacional, que dirigirá Manuel María de Bernardo, ex alcalde de san Fernando(Cádiz) para asumir la dirección del partido hasta la celebración del XVI Congreso Nacional, después de la dimisión de su secretaria general, Pilar González, tras una bronca escandalosa con acusaciones gravísimas. La gestora tendrá como vicepresidente a Francisco Jiménez, actual alcalde de Utrera (Sevilla).

Manuel María de Bernardo ha solicitado a todos los andalucistas "serenidad, ilusión y trabajo, para entre todos conseguir un Partido Andalucista fuerte y especialmente firme en la lucha por los derechos y necesidades de los ciudadanos de nuestra tierra". 

Tal situación fue precedida no sólo por la quasi desaparición electoral del PA en las pasadas elecciones andaluzas en las que quedó bien por debajo de Unión Progreso y Democracia sin alcanzar representación alguna. Tras el desastre, la entonces secretaria general del PA, Pilar González, comunicó el pasado 30 de abril por carta a la militancia andalucista su dimisión como líder del partido por "no poder cumplir" el compromiso de garantizar que el próximo congreso, previsto los días 7 y 8 de julio, "sea democrático, plural y libre" y porque prefiere no "permanecer más tiempo en una organización que prefiere actuar con métodos del pasado dando un golpe de estado contra mí" llegando a recurrir a "prácticas mafiosas" propias de una "organización enferma".

Tales declaraciones fueron origen de un seísmo interno porque, además, Pilar González denunció el espionaje a que fue sometida bajo a forma de interceptación de correos electrónicos remitidos desde ella a otros militantes y viceversa. 

Los enemigos de González la acusaron de que en esos correos se fraguaba, nada menos, la creación de un nuevo partido andalucista para escapar de las viejas ataduras que atenazaban al andalucismo con un rostro bien definido: Alejandro Rojas Marcos, fundador del primer partido andalucista.

Además, el Comité Nacional Andalucista rechazó de forma expresa las afirmaciones "vertidas contra la organización por aquellos que son miembros dimisionarios de la misma", en alusión a las denuncias sobre un intento de "golpe interno" realizadas por Pilar González. El órgano andalucista sostiene que el PA "no tolera ni violaciones de derechos, ni tutelajes ni personalismos exacerbados", y señala que "quienes usan de modo ilegítimo estructuras y recursos de la organización no cuentan con legitimidad alguna para enarbolar banderas de libertad y mucho menos para dar lecciones de ética".

El comité nacional andalucista pide, eso sí, disculpas a la ciudadanía "ante la situación interna creada que en ningún caso hace que el Partido Andalucista se aparte del la dura realidad social y económica que viven los andaluces, y por cuyo bien sigue trabajando a diario" en su comunicado. 

"Desde la máxima unidad y compenetración en las decisiones, el Partido Andalucista afronta el presente con un gran trabajo por delante, encarando el futuro para ser la herramienta útil para Andalucía en la lucha contra sus mayores problemas, que en la actualidad y desde hace décadas, son el paro, la vivienda, la exclusión social razones fundamentales de la compleja situación que soportan hoy miles de familias andaluzas", termina el comunicado.

Manuel María de Bernardo ha solicitado a todos los militantes del partido "serenidad, ilusión y trabajo, para entre todos conseguir un Partido Andalucista fuerte y especialmente firme en la lucha por los derechos y necesidades de los ciudadanos de nuestra tierra".

La secretaria general del PA, Pilar González, comunicó el pasado 30 de abril por carta a la militancia andalucista su dimisión como líder del partido por "no poder cumplir" el compromiso de garantizar que el próximo congreso, previsto los días 7 y 8 de julio, "sea democrático, plural y libre" y porque prefiere no "permanecer más tiempo en una organización que prefiere actuar con métodos del pasado dando un golpe de estado contra mí" llegando a recurrir a "prácticas mafiosas" propias de una "organización enferma".

El problema Rojas Marcos

La influencia de los fundadores sobre la historia de las organizaciones siempre es intensa, a veces para bien, a veces para mal. En el caso del andalucismo nacionalista, la presencia de Rojas Marcos lleva 40 años gravitando y se dividen las opiniones entre los que consideran que ha sido fatal para el futuro y quienes lo valoran como elemento "eterno" y valioso del movimiento. En este caso, tras su discutida gestión política en la etapa de la transición política y sus sonoros enfrentamientos con el "enorme" alcalde jerezano, Pedro Pacheco y otros dirigentes, la figura del fundador ha vuelto a salir a relucir. 

En este caso, para mal. La ya ex secretaria general del Partido Andalucista (PA), Pilar González, acusó al histórico dirigente andalucista de intentar "tutelar" la dirección del partido hasta el congreso, así como también de que se camine hacia una "vertiente conservadora". Además, explicó que Rojas Marcos quiso poner al frente del partido hasta la celebración del congreso a "un triunvirato", ella misma y otras dos personas, pero de manera antidemocrática. "Quien vaya a dirigir la organización le corresponde al Congreso", dijo González, quien se mostró en contra de que se eligieeran a las personas por "un designio y no por un ejercicio de democracia". 

González precisó que la estrategia de Rojas Marcos pasaría por situar al partido en una "deriva conservadora". "A raíz de los resultados del 25M y de que no nos hayan visto como un partido de izquierdas, se piensa que hay que volver a situar al partido en la derecha ni en la izquierda", terminó.

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