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Los errores más comunes que cometemos al cocinar legumbres

Las legumbres son un alimento indispensable, pero hay que prepararlas bien. ¿Cuáles son los errores más frecuentes? ¿Cuál es el problema?

Las legumbres son ricas en proteínas, vitaminas y minerales | Unsplash/Shelley Pauls

Las legumbres son un alimento ideal ya que son ricas en proteínas, vitaminas y minerales, baratas, fáciles de almacenar y fáciles de preparar incluso de formas sorprendentes… aunque todavía en el siglo XXI hay muchas cosas que se hacen mal a la hora de prepararlas, por lo que mucha gente prefiere no prepararlas. Si uno no tiene tiempo de calidad para la cocina siempre puede comprar legumbres precocidas o enlatadas aunque para disfrutarlas mejor, conservando su sabor y propiedades, es preferible optar por legumbres secas.

A pesar de su tradición y de que llevan décadas integradas en la sociedad, según la Fundación Española del Corazón, el consumo de legumbres en España ha caído un 50% desde 1960. La tendencia viró en 2016, el Año Internacional de las Legumbres de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuando su ingesta aumentó un 4,4% respecto al año anterior. Esta cifra supone que, de media, cada español consumió en ese año 3,13 kilos de legumbres, cantidad que todavía se encuentra lejos de los 7 kilos por año que recomienda la FAO, que equivale a tomar tres raciones semanales de entre 60 y 80 gramos.

El problema de las lectinas

Las legumbres deben formar parte de cualquier dieta equilibrada que se precie, ya que aportan beneficios como un alto contenido de proteínas de origen vegetal, fibra, minerales y vitaminas, así como para prevenir enfermedades. Pero las legumbres también tienen en su interior lo que se conoce como antinutrientes, que pueden privar de esas propiedades. De hecho, las legumbres crudas esconden un enemigo para la salud: la lectina.

Esta proteína forma parte de una lista de compuestos conocidos como antinutrientes, unas sustancias que interfieren en la correcta absorción de los nutrientes de los alimentos. Hay que tener en cuenta que esta toxina puede producir vómitos y dolor de estómago si se consumen crudas o poco cocinadas. Pero, ¿Cómo deshacerse de la lectina en las legumbres? Es sencillo ya que se destruyen al mantenerlas en remojo durante 12 horas y hervirlas durante más de 10 minutos. Pero, aunque las lectinas pueden generar algunos efectos negativos, los beneficios de consumir legumbres superan con mucho los posibles efectos adversos para la salud.

Pero, ¿Qué son las lectinas? Las lectinas, cuyo descubrimiento se atribuye a Peter Hermann Stillmark en 1888, son una gran familia de proteínas que poseen de forma natural todos los organismos vivos, incluido el ser humano, pero que son especialmente comunes en las legumbres y los cereales. Cuando se ingieren alimentos con lectinas, estas se unen a los carbohidratos, formando glucoproteínas, que realizan diversas funciones dentro del cuerpo, desde regular el sistema inmunitario hasta mantener bajo control los niveles de proteínas en la sangre. Pero consumir grandes cantidades también puede tener efectos adversos en la salud.

En otros casos, la permanencia de las lectinas en las microvilli promueve la producción de zonulina, una proteína que modula las uniones estrechas, la barrera celular para el intestino delgado, para aumentar su permeabilidad. Naturalmente, esto se hace para facilitar que los nutrientes se filtren en el sistema. El problema es que los alimentos que provocan inflamaciones como las lectinas permiten que las uniones estrechas se abran antes de que finalice la digestión. Cuando ello ocurre, las toxinas y las partículas de alimentos enteros pueden entrar en el torrente sanguíneo y promover una respuesta inmune. Los efectos a largo plazo de este tipo de interacciones pueden dar lugar al síndrome del intestino impermeable.

Errores más comunes a la hora de cocinar legumbres

Cómo neutralizar los antinutrientes

Por fortuna, es bien sencillo neutralizar esos antinutrientes, y es tan sencillo como remojando y calentando. El primer paso, el de remojar, es óptimo si se ponen las legumbres en agua entre 10 y 12 horas, además, esto no solo sirve para acabar con los antinutrientes, sino también para reducir en un 50% el tiempo de cocción. En cuanto a calentar, el agua tiene que hervir al menos a 100 grados durante diez minutos.

Si se hacen correctamente estos sencillos pasos, los antinutrientes más nocivos, las lectinas, desaparecerán por completo, mientras que los de otro tipo, conocidos como fitatos, que son capaces de secuestrar algunos nutrientes, no llegan a desaparecer del todo pero se reduce tanto su presencia que apenas afectan al valor alimentario de las legumbres. Por lo tanto, después de calentarse lo suficiente, los fitatos que queden por allí no van a suponer un problema.

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