L D (EFE) La Iglesia Católica espera reunir este año en la ciudad australiana a 225.000 personas, una cifra inferior a la de otras ocasiones, lo que justifica en el hecho de la lejanía de Australia, donde cinco millones de los 21 que tiene el país se declaran seguidores de esa religión.
La inauguración tuvo lugar en el muelle de Barangaroo, a orillas del océano pacífico, donde se han congregado decenas de miles de peregrinos llegados de diferentes países de todos los continentes. El acto de inauguración comenzó con la llegada de una gran cruz de madera que jóvenes peregrinos han transportado hasta Sídney tras un viaje por todo el país.
El Papa se unirá a los trabajos de la Jornada Mundial de la Juventud el jueves. Hasta entonces descansará en una residencia del Opus Dei en las cercanías de la citada ciudad. El jueves, Benedicto XVI hará su primera comparecencia pública con la entrada al puerto en barco tras surcar la bahía y antes de atravesar en coche el centro de la ciudad.