La marcha convocada por la plataforma Jóvenes sin Futuro acabó en una auténtica batalla campal en Madrid, con doce detenciones y varios heridos. Los jóvenes se manifestaron, en principio, contra la política laboral del Gobierno, tal y como exponen en su web, pero con el paso de los minutos los gritos fueron tocando otras temáticas.
La marcha fue convocada el jueves a las siete de la tarde en la madrileña plaza de Antón Martín. Las cifras de los asistentes bailan: la Policía apunta a 1.000, y los organizadores a 5.000. Se preveía que discurriera por la calle de Atocha y finalizara en la glorieta de Carlos V y que debía durar dos horas.
Al finalizar el recorrido, cientos de jóvenes se negaron a disolverse. Los antidisturbios ordenaron el cese de la marcha, pero los jóvenes tomaron la glorieta de Carlos V, en Atocha. Rompieron señales de tráfico, realizaron pintadas, volcaron contenedores, tiraron vallas... y la policía terminó por cargar contra los manifestantes. La contienda se convirtió en una auténtica batalla, en la que los jóvenes lanzaron piedras y botellas a los policías.
Según fuentes policiales, fueron una docena de jóvenes los detenidos y trasladados a la Brigada de Información, en Moratalaz. Están acusados de desórdenes públicos.
La mayoría de los manifestantes eran jóvenes universitarios, aunque también había menores –de los que se consideran ninis-. Portaban pancartas y cantaban lemas como "Lo llaman democracia, pero no lo es", "Somos rentables, somos imprescindibles", "Queremos becas y no hipotecas" y "Ajustes y recortes, a Bancos y ricos".
Los jóvenes se movilizaron a través de las redes sociales. El manifiesto de Juventud sin Futuro cuenta, entre los firmantes, con Luis García Montero, Almudena Grandes, Marcos Ana o Guillermo Toledo.