L D (Agencias) En el cruce de correspondencia entre Cultura y la Universidad salmantina y Manuel Villén, los reclamantes argumentan que las cartas de Unamuno son de titularidad del Estado según una Orden Ministerial de 1967, por la que se adquirieron "las cartas, manuscritos, muebles y otros objetos y recuerdos íntimos de D. Miguel de Unamuno".
Frente a ello, el ejecutivo y editor cordobés defiende que las "cartas autógrafas me fueron donadas en 1969 por doña Felisa de Unamuno, hija de don Miguel de Unamuno y heredera suya, en reconocimiento a mi esfuerzo personal como recopilador y editar de la obra completa de su padre", informa Efe.
Esta donación, argumenta, ha sido conocida "a lo largo de las últimas cuatro décadas" y ha permitido su consulta, investigación y estudio "en mi domicilio" a lo largo de tan dilatado período de tiempo", sin que ni por el Ministerio de Cultura ni por la Universidad de Salamanca se haya realizado hasta ahora reclamación alguna.
"Una propiedad pacífica"
Por ello, Manuel Villén esgrime que se trata de "una propiedad y posesión absolutamente pacíficas", por lo que es aplicable las disposiciones civiles en esta materia, incluidas "las reglas de prescripción adquisitivas de los bienes muebles", al tiempo que pone en duda la existencia de la Orden Ministerial aludida por las instituciones reclamantes, ya que su "publicación no ha podido ser constatada".
En cualquier caso, en la contestación a los dos requerimientos, remitidos por burofax al domicilio cordobés del propietario de las cartas, Villén se señala "sometido a una campaña gubernamental cuya única finalidad estriba en compensar a la ciudad de Salamanca de ciertos recientes actos legislativos y ejecutivos concernientes a otros archivos ubicados en ella", en alusión al traslado de parte del Archivo de la Guerra Civil.
Los requerimiento están suscritos por el subsecretario del Ministerio de Cultura, Antonio Hidalgo, y por el rector de la Universidad de Salamanca, Enrique Battaner. La subasta "Libros y Manuscritos", con un precio de partida de 132.000 euros, incluye varias cartas enviadas por Miguel de Unamuno a familiares, políticos y escritores como Eduardo Marquina, Angel Ganivet o Fernando de los Ríos, así como un manuscrito autógrafo titulado "Mi mirador de la cruz".