L D (Agencias) El casco urbano de Baton Rouge tenía hasta ahora unos 250.000 habitantes y su extrarradio otros 150.000, mientras que con los evacuados por el Katrina la cifra sobrepasa las 700.000 personas, informa Efe .
A diferencia de Nueva Orleáns, una ciudad con pocos habitantes, miles de policías y soldados de la Guardia Nacional y un creciente número de vigilantes privados, la seguridad en Baton Rouge sigue estando principalmente a cargo de la policía local. En la calle, los agentes advierten a los visitantes y periodistas de que la ciudad ya no es tan segura y que han aumentado los riesgos de salir de noche.
Los residentes han abierto casas, iglesias, escuelas y parques a los damnificados, pero la policía ha decidido que no dará mucho espacio para que se instalen aquí, ni siquiera de forma temporal, los pandilleros que se disputaban el tráfico de drogas y otros negocios ilegales en Nueva Orleans. El comandante de operaciones especiales de la Jefatura en el distrito de East Baton Rouge, dijo: "Tenemos información de que hay aquí miembros de las pandillas y nos preocupa que pueda extenderse aquí su lucha por territorio".
Por su parte, el coronel jefe de investigaciones criminales en la Jefatura de Policía de Baton Rouge, sostuvo al diario "The Advocate" que "uno nunca tiene una segunda oportunidad de dar la primera impresión. Para empezar seremos tajantes con los pandilleros". Antes del desastre, Nueva Orleans contaba con la tasa de asesinatos por cabeza más alta de EEUU. Las autoridades federales sostienen que casi el 80 por ciento de los crímenes violentos en esa ciudad se deben a las luchas de pandillas por el control del tráfico de drogas.
Durante cuatro noches consecutivas, la Jefatura de Policía ha enviado su unidad de operaciones especiales e investigadores del tráfico de drogas a detectar y prevenir las actividades de las pandillas. Según el Centro Nacional de Inteligencia sobre la Droga, hay en Nueva Orleans 16 pandillas identificadas, que cuentan con unos 400 miembros.
En el área metropolitana de la ciudad hay sólo una pandilla, los Latin Kings, con relaciones con fraternidades criminales similares en el resto del país y con vínculos en Miami. Otras pandillas operan, principalmente, en las áreas de complejos de apartamentos para residentes de bajos ingresos. Entre éstas se cuentan las bandas Lafitte, Mosley, Perry François, Dillong y Got It Boys.
Las autoridades de Baton Rouge todavía no han encontrado señales de que hayan comenzado a operar aquí las bandas más crueles de Nueva Orleans. Pero como más vale prevenir que curar, el fiscal federal para el distrito de Baton Rouge ya habló de este problema con el secretario de Justicia de EEUU al que pidió todos los recursos posibles para incrementar el personal policial en la capital de Luisiana.
A diferencia de Nueva Orleáns, una ciudad con pocos habitantes, miles de policías y soldados de la Guardia Nacional y un creciente número de vigilantes privados, la seguridad en Baton Rouge sigue estando principalmente a cargo de la policía local. En la calle, los agentes advierten a los visitantes y periodistas de que la ciudad ya no es tan segura y que han aumentado los riesgos de salir de noche.
Los residentes han abierto casas, iglesias, escuelas y parques a los damnificados, pero la policía ha decidido que no dará mucho espacio para que se instalen aquí, ni siquiera de forma temporal, los pandilleros que se disputaban el tráfico de drogas y otros negocios ilegales en Nueva Orleans. El comandante de operaciones especiales de la Jefatura en el distrito de East Baton Rouge, dijo: "Tenemos información de que hay aquí miembros de las pandillas y nos preocupa que pueda extenderse aquí su lucha por territorio".
Por su parte, el coronel jefe de investigaciones criminales en la Jefatura de Policía de Baton Rouge, sostuvo al diario "The Advocate" que "uno nunca tiene una segunda oportunidad de dar la primera impresión. Para empezar seremos tajantes con los pandilleros". Antes del desastre, Nueva Orleans contaba con la tasa de asesinatos por cabeza más alta de EEUU. Las autoridades federales sostienen que casi el 80 por ciento de los crímenes violentos en esa ciudad se deben a las luchas de pandillas por el control del tráfico de drogas.
Durante cuatro noches consecutivas, la Jefatura de Policía ha enviado su unidad de operaciones especiales e investigadores del tráfico de drogas a detectar y prevenir las actividades de las pandillas. Según el Centro Nacional de Inteligencia sobre la Droga, hay en Nueva Orleans 16 pandillas identificadas, que cuentan con unos 400 miembros.
En el área metropolitana de la ciudad hay sólo una pandilla, los Latin Kings, con relaciones con fraternidades criminales similares en el resto del país y con vínculos en Miami. Otras pandillas operan, principalmente, en las áreas de complejos de apartamentos para residentes de bajos ingresos. Entre éstas se cuentan las bandas Lafitte, Mosley, Perry François, Dillong y Got It Boys.
Las autoridades de Baton Rouge todavía no han encontrado señales de que hayan comenzado a operar aquí las bandas más crueles de Nueva Orleans. Pero como más vale prevenir que curar, el fiscal federal para el distrito de Baton Rouge ya habló de este problema con el secretario de Justicia de EEUU al que pidió todos los recursos posibles para incrementar el personal policial en la capital de Luisiana.