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El País preocupado por el Rey, metedura de pata clerical y Letizia, como María Antonieta

Zapatero se llevó ayer un broncazo impresionante en la Fiesta Nacional. A unos les parece la voz del pueblo, a otros los ultrasur y a otros les parece todo fatal. Letizia dio la nota, pero no fue nada con una metedura de pata con alzacuellos de las que hacen época.

La Fiesta estuvo de lo más animada. Gritos del público a Zapatero por todo, gritos de Gallardón a Zapatero por negarle más pasta, Chávez poniendo la nota de color con la indisposición del abanderado. Para que luego diga Rajoy que es un coñazo.

El País, al que parecía importar un pito la Fiesta, está hoy que lo tira con los abucheos a Zapatero. Se le nota una preocupación intensa por el cabreo del Rey. "El Rey critica la pitada a Zapatero", titula en su portada. "Malestar del Rey", titula en el interior. "Los abucheos de algunos espectadores al presidente molestaron al Rey, habitualmente muy cuidadoso al expresar sus opiniones". En el editorial, pone a caldo a los gritones, de los que dice que fue un "alarde de incivilidad e incultura de una minoría de ciudadanos que utiliza la libertad de expresión para abuchear al presidente elegido por los españoles". Caramba, no es para tanto, unos grititos de nada. "Más gamberrismo que protesta política", continúa aporreando. El PP se lleva doble ración de tortas. Primero porque "la oposición muestra una extraña tolerancia con quienes no respetan ni el homenaje a los muertos". Segundo por sus propuestas sobre la inmigración en Cataluña. La sensibilidad a flor de piel, tiene hoy Cebrián. Qué mal lo ha pasado, el pobre.

El Mundo, sin embargo, le atiza a Zapatero. "Un presidente tutelado, burlado y abucheado", dice el editorial. Pero hoy está Rajoy de suerte y seguro que empieza a tenerle simpatía a la Fiesta Nacional, porque mientras Pedro J. habla de "graves errores" de Zapatero dice que "Rajoy tenía razón".

Pero vamos a lo importante. La recepción real. Ana Romero relata en su crónica que "en el saludómetro de Palacio se produjo una cruel constatación: son ya menos los interesados en acercarse a los presuntos salientes y muchos los que quieren agasajar a los entrantes". Cómo es la peña, oye. Y además Letizia dio la nota al formar "trío" con Chacón y De la Vega saltándose el protocolo de llevar vestido corto y calzarse pantalones.

García-Calvo arrastra a la pobre Letizia por el barro y más le vale a la Princesa saltarse la columna. Dice  que el pantalón de "pata ancha gris con camisa en tono nude" era "lamentable", que parecía "venir de hacer shopping en la calle de Serrano o de dejar a sus hijas en el colegio" y que su cinturón de "piedras duras" parecía descubierto en un "mercadillo veraniego". Como esta cruel descripción le sabe a poco sigue: "El tono nude le sienta como un tiro" y la gente murmuraba a) se notaba que, siguiendo la costumbre, doña Letizia no se había tomado el trabajo de preguntarles a la Reina y a las Infantas lo que iban a llevar, o b) que se lo había preguntado, pero que había decidido ponerse justo lo contrario para llamar la atención".

Y con una mala leche inmensa concluye que "no es la primera mujer de un heredero en querer saltarse el protocolo". También lo hizo María Antonieta en Versalles. "Es de esperar que Doña Letizia tenga mejor suerte". Se refiere a que a María Antonieta le cortaron la cabeza. Hombre, tampoco es para tanto.

En La Gaceta Carlos Dávila está feliz, y se le nota, con el "rechazo brutal a Zapatero", que notó "la repulsa general de las gentes que ya no le soportan". "Un Zapatero aparentemente feliz y sonriente junto al Rey, las tropas y la bandera es más de lo que puede tolerar la sensibilidad de los ciudadanos".

ABC, sin embargo, no es feliz. De hecho tiene un mosqueo de campeonato con la Fiesta Nacional tan divertida que vivimos ayer. Está de acuerdo con Zapatero. Los pitos forman parte del "rito". "Las legítimas expresiones de rechazo popular a la gestión del Gobierno nunca deben nublar el respeto que merecen las instituciones". Ignacio Camacho tiene una visión distinta de los abucheos. Y puede tener más razón que un santo. "Al presidente lo reafirma en el papel que más le gusta el de líder progre y pacifista repudiado por la derecha radical; desde su punto de vista es un ingrato gaje de oficio que no le compromete un solo voto y en cambio lo retrata por el perfil amable de víctima de los exaltados" y le convierte en "mártir del progreso". Pues va a ser verdad.

A La Razón tampoco le gustaron nada los pitidos en fecha tan solemne. "Este 12 de octubre ha sido devorado por la anécdota , la bronca y los desplantes. Deplorable". "No estamos de acuerdo con que se abuchee al presidente del Gobierno... en la fecha más señalada de España. No es cuestión de razón, sino de oportunidad".

Público pasa del asunto, la verdad. Un par de paginillas de nada para no desaprovechar la oportunidad de oro de decir que "la derecha ultra enturbia la fiesta del 12 de Octubre", soltar un par de lagrimitas por Zapatero y apuntar que "un año más, el día de todos es el día de los ultras". Es que hoy la odiada Fiesta Nacional es el día de todos.

Pero ni Zapatero, ni Rey ni nada. Quien peor lo pasó ayer fue Rodrigo Rato. Cuenta El Mundo que fue al Palacio Real con su novia, la periodista Alicia González, que tiene 23 años menos que él. Se encontró con Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, secretario general de la Conferencia Episcopal, quien se apresuró a saludarle y amablemente le preguntó si su acompañante era su hija. "Rato, flemático, respondió con toda tranquilidad que no, que aquella joven era su novia". Qué bochorno. Pobre Rato, pobre Camino. Y luego que se queje Zapatero.

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