"Si todos cumplimos las normas, Bilbao sería un caos", asegura a El Correo un vecino de la capital vizcaína que ha iniciado una curiosa protesta contra las normas de circulación, que a su juicio, son ilógicas.
De hecho, su desafío consiste en respetar escrupulosamente todos los límites de velocidad de Bilbao, lo que le ha costado multitud de problemas con vecinos y conductores, aunque también con la Policía.
En este sentido, este vecino pensaba: "¡a que un día me para la Policía por ir demasiado lento!". Y así ocurrió cuando circulaba a 25 en un tramo marcado a 30. Su velocidad estaba provocando una importante caravana y una patrulla policial que iba detrás de ellos le paró y le instó a ir más rápido.
"¿Me está usted incitando a que no respete las señales?", interpeló el ciudadano a los agentes, que no recibieron con agrado esta pregunta. Así, le aseguraron que si encontraban algo irregular en su vehículo aunque "antes de hacer algo así, me aseguré, tenía todo legal" por lo que no pudieron sancionarle.
Su campaña que pretende hacer ver que dichas señales están mal colocadas tiene intención de seguir actuando así "todo el mes o todo el año". De este modo, confiesa que circular tan lento tiene sus problemas porque "hace que la maniobralidad del coche se reduzca, y te distraes con facilidad, además los que van detrás se mosquean, se acercan mucho a ti..., se pueden bajar y pegarte".
Por ello, su conclusión es clara: "la cosa funciona porque la gente no cumple las normas".