Sobre las 22 horas, un agente le llevó la cena. A continuación, le dejaron solo en la celda, aunque los calabozos están controlados por cámaras de videovigilancia y sistemas de escucha ambientales. Mientras dormía, Francisco podría haber sufrido un paro cardiaco debido a una sobredosis o a una dosis adulterada de droga. El detenido falleció y ahora se esperan los resultados de la autopsia para confirmar la hipótesis. Ningún guardia vio u oyó nada, hasta que a la mañana siguiente le hallaron tendido y ya muerto en su calabozo cuando le llevaban el desayuno.
La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha exigido que se abra una investigación paralela a la que ha abierto el Cuerpo armado. Además, la asociación también investigará los hechos y los motivos por los que el preso no estuvo en todo momento vigilado.
En un comunicado, la AUGC explica que el agente que tendría que haber estado en la zona de custodia de detenidos permanecía en la sala de videovigilancia del perímetro del cuartel, ya que desde hace un año el puesto está vacante. Además, la organización denuncia que el sistema de megafonía interna no funciona adecuadamente. Aunque los calabozos "se encuentran en un buen estado higiénico", la AUGC cree que el control no fue suficiente para detectar la muerte del detenido.
Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil consultadas por Europa Press explicaron que el sistema de megafonía funcionó correctamente, ya que las instalaciones son bastante nuevas, y que nadie percibió nada extraño. Además, en la zona de calabozos había otros cuatro detenidos, tres de ellos por la misma pelea en Olesa, que no avisaron en ningún momento de que Francisco A.C. se estaba muriendo.
Ahora el juzgado que lleva el caso de la pelea en el bar de Olesa se hará cargo de la investigación de la muerte de Francisco C.A. y ya ha interrogado a los otros detenidos por si aquella noche fueron testigos de algún hecho ocurrido en la celda del fallecido.