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La Iglesia recuerda que "una sociedad libre y justa" no negocia con terroristas

 La Iglesia ha fijado con claridad moral y fidelidad a su propia doctrina el criterio de los católicos españoles ante las próximas Elecciones Generales.

LD (Víctor Gago) Como ante otras consultas, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal ha emitido este jueves una nota orientadora en la que, respetando la libertad individual de los cristianos, propone un criterio claro y fuerte, porque "no todos los programas son compatibles con la fe". La Iglesia recuerda que "una sociedad libre y justa" no negocia con terroristas.
 
Ni son unas Elecciones más, ni se celebran en condiciones de libertad religiosa y de conciencia en España. La Iglesia, sin embargo, ha querido abstraerse de la provocación de las políticas públicas liberticidas –particularmente, anti-católicas– de los últimos cuatro años y ha emitido un criterio moral claro y fuerte para la decisión del voto, escrupulosamente fiel a su doctrina –de hecho, se cita como documento de referencia la lúcida Instrucción Pastoral del 23 de noviembre de 2006, titulada Orientaciones morales ante la situación actual de España– y sin necesidad de prescribir ni de proscribir el sufragio para ningún partido en concreto. Nada que distinga la Nota pastoral conocida este jueves de otras Notas ante otras Elecciones Generales y, sin embargo, la gravedad histórica del contexto la hacen especialmente relevante y útil para la mayoría católica del país.
 
El presidente, que no conocía el documento de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal cuando compareció este jueves en conferencia de prensa, en Palma de Mallorca, junto a su colega, la canciller alemana Ángela Merkel, escuchó una pregunta de la Prensa del siguiente tenor: "¿Cree que debe prohibirse la actividad de la Iglesia en la vida pública?". La anécdota refleja un Estado de Opinión bastante extendido sobre el sentido y los límites de la libertad religiosa y, en concreto, expresa un clima de aversión hacia los católicos que no ha surgido espontáneamente en la vida nacional.
 
La Iglesia, de hecho, se ve obligada a pedir en el punto tres de su nota "libertad y respeto para proponer libremente nuestra manera de ver las cosas". ¿Qué ha pasado en España para acabar clamando de esta forma por la libertad religiosa, la libertad de conciencia y la libertad de expresión?
 
La Conferencia católica recuerda a los fieles que "no todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana, ni son tampoco igualmente cercanos y proporcionados a los objetivos y valores que los cristianos deben promover en la vida pública".
 
A "los católicos y los ciudadanos que quieran actuar responsablemente", la Iglesia española les sugiere –citando al Papa Benedicto XVI– que tengan en cuenta principios  "antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano" y superiores a esta o aquella confesión religiosa, "en particular la defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural", así como también "la promoción de la familia fundada en el matrimonio, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla".
 
La Nota pastoral recuerda a los electores, también, que es moral defender la libertad de los padres para educar en valores a sus hijos. La nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, recuerda, "lesiona el derecho (...) a formar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales".
 
El criterio de la Iglesia orienta también para discernir las distintas ofertas electorales para el final del terrorismo. "Una sociedad que quiera ser libre y justa", dicen los obispos españoles, "no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político".

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