Según cuenta 20 minutos, los agresores, cuatro de los cuales reconocieron este lunes su participación cumplirán 12 meses de servicios sociales. Sin embargo, las víctimas todavía no pueden hacer una vida normal. Una de las madres asegura que su hija tiene que acudir todas las semanas al psicólogo.
Aunque lo más grave es quizás que su vida normal ha tenido que ser alterada por la coincidencia con los agresores debido a que de los nueve acusados sólo cinco han sido expulsados definitivamente del IES Atenea de Villalbilla por lo que otros cuatro siguen acudiendo al centro.
En este sentido, los padres de una de estas dos menores decidieron cambiar de colegio a su hija a uno concertado. Pero todo han sido problemas. "No nos daban otra opción porque nos ofrecían un centro público en Arganda (sin ruta escolar) y otro en Mejorada, pero tenía que compartir el autobús hasta Velilla con dos de los niños expulsados".
Peor fortuna ha tenido la otra menor. Al no poder pagar un centro concertado sigue acudiendo al mismo centro y para no coincidir con los agresores en el autobús debería coger un autobús público a otra localidad y "salir corriendo del instituto donde está su hermana y sus amigos".
Los padres recuerdan que "ella es la víctima" y que la pequeña no quiere ir a ese instituto. "Mi hija quiere cambiarse, pero dónde", dicen desesperados.