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Perú, entre la destrucción del terremoto, el rescate de víctimas y los robos y saqueos

Perú afronta los efectos de un terremoto que ha dejado de momento 510 muertos, 1.500 heridos y 85.000 damnificados. Las autoridades llevan alimentos y agua para cubrir las primeras necesidades, aunque reconoce retrasos en el reparto por los daños en las carreteras. Otro problema: El Ejército "ha tenido que intervenir" para evitar los "intentos de vandalismo". La ciudad de Pisco, destruida en un 70 por ciento, se mantiene sin luz y con el temor a los robos y saqueos, acrecentado al confirmarse que 600 presos peligrosos huyeron de la cárcel local después de que uno de sus muros se derrumbara durante el seísmo.

Perú afronta los efectos de un terremoto que ha dejado de momento 510 muertos, 1.500 heridos y 85.000 damnificados. Las autoridades llevan alimentos y agua para cubrir las primeras necesidades, aunque reconoce retrasos en el reparto por los daños en las carreteras. Otro problema: El Ejército "ha tenido que intervenir" para evitar los "intentos de vandalismo". La ciudad de Pisco, destruida en un 70 por ciento, se mantiene sin luz y con el temor a los robos y saqueos, acrecentado al confirmarse que 600 presos peligrosos huyeron de la cárcel local después de que uno de sus muros se derrumbara durante el seísmo.
L D (EFE) El Gobierno de Perú afronta el impacto del terremoto que dejó el miércoles al menos 510 muertos, 1.500 heridos y 85.000 damnificados en la costa del país andino. El presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, regresó a Lima tras permanecer durante todo el jueves en la ciudad sureña de Pisco, "el lugar de mayor impacto" de la catástrofe natural.

El jefe del gabinete indicó que las autoridades están llevando ayuda a los damnificados, principalmente alimentos y agua, para cubrir las primeras necesidades, aunque reconoció los retrasos en el reparto de la ayuda humanitaria. Del Castillo atribuyó los retrasos en los envíos por carretera a los graves daños que sufrió la Panamérica Sur, aunque durante el día hubo "cuando menos" -dijo- 35 vuelos de aviones de la Fuerza Aérea, la Policía Aérea y la Aviación Naval.
 
Vandalismo y saqueos

La Armada enviará, además, hasta las costas de Pisco dos barcos con agua potable y un barco hospital, mientras que el Ejército "ha tenido que intervenir" en el control de la ciudad, para evitar los "intentos de vandalismo".

El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) informó de que se han registrado 16.669 viviendas destruidas en las regiones de Ica, Lima, Junín y Huancavelica. Pisco, que se calcula ha sido destruida en un 70 por ciento, se mantiene en tinieblas y con el temor ante las secuelas naturales y eventuales saqueos.

Muchos de los damnificados han sido trasladados hasta el estadio de la ciudad, mientras que otras personas piden a los visitantes que no se acerquen al centro, ante el temor de que grupos de delincuentes intenten perpetrar robos y saqueos.
 
Este temor se acrecentó al confirmarse la información de que unos 600 presos, entre ellos peligrosos secuestradores, huyeron de la cárcel local después de que uno de sus muros se derrumbara durante el sismo. El ministro del Interior de Perú, Luis Alva Castro, señaló, sin embargo, que la mayoría de los fugitivos ya han sido capturados, aunque el temor se mantiene entre los ciudadanos.
 
Trabajar entre las ruinas

Los voluntarios y miembros de equipos de rescate, por su parte, continúan trabajando entre las ruinas para recuperar los cadáveres y con la esperanza de encontrar a algún superviviente. Este deseo se cumplió durante las últimas horas de la tarde, cuando dos personas fueron rescatadas entre los escombros de la iglesia San Clemente de Pisco, ubicada en el centro de la ciudad.

Los equipos de rescate dijeron que se cree que entre las ruinas de esa iglesia, que se derrumbó durante el terremoto, todavía puede haber entre 30 y 40 personas atrapadas, aunque hay pocas esperanzas de encontrarlas con vida. Las autoridades se han dirigido a los albergues para repartir mantas entre los damnificados. El presidente peruano, Alan García, que declaró un duelo nacional de tres días, visitó la zona de la tragedia para verificar las labores de rescate y de ayuda a los damnificados.

Desde el terremoto se han sentido en el país andino unas 360 réplicas, según el Instituto Geofísico de Perú.

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