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Pío Moa dice que el “llamado salvamento del patrimonio histórico fue un expolio generalizado”

El escritor y periodista Pío Moa dijo este viernes que "el llamado salvamento" del patrimonio histórico español durante la guerra civil "fue un expolio generalizado" que "en gran parte sirvió para que los bienes españoles pasaran a propiedad de los dirigentes políticos".

L D (EFE) Moa señaló que dicho salvamento, del que habla la exposición "Arte protegido" recién inaugurada en el Museo del Prado, "se hizo en primer lugar contra las devastaciones de las izquierdas, alentadas desde la prensa tanto de los anarquistas como de los azañistas o los comunistas". Para Moa, "hubo una serie de personas desinteresadas y de buena fe que trabajaron muy bien para salvar el patrimonio" (a las cuales homenajea el Museo del Prado con su exposición), "pero lo hicieron manipuladas por las autoridades políticas".

Aquellas operaciones "sirvieron en gran parte para que los bienes españoles pasaran a propiedad de los dirigentes políticos exiliados, que a veces se pelearon por ellos, como Negrín y Prieto por los tesoros del yate 'Vita', y muchos se vendieron en el extranjero en ventas fraudulentas", dijo Moa, que es autor del libro "Los mitos de la guerra civil" y que pone el ejemplo de "la colección de monedas del Museo Arqueológico, robada por las autoridades y desaparecida".

Según Moa, el salvamento "incluyó también el expolio de las cajas de seguridad de los bancos y el robo de las alhajas de familias humildes que las tenían empeñadas en los montes de piedad". Admite que lo hecho por la Junta del Tesoro Artístico del Gobierno de la República "sirvió en parte para salvar el patrimonio", pero afirma rotundo que éste "se habría perdido si la guerra no hubiera terminado como terminó y las autoridades no hubieran tenido que salir corriendo e improvisando".

De la exposición dice que "es demasiado limitada, pues no incluye el aspecto político", y "equipara los saqueos y destrucciones del Frente Popular con los bombardeos franquistas, que fueron por fallos de puntería y apenas dañaron el patrimonio, como lo demuestra el que el propio Prado siguió sirviendo durante toda la guerra de almacén de tránsito de obras de arte que venían de otros sitios". "Las autoridades utilizaron los bombardeos como pretexto, pero sabían que no había casi nada que temer", sostiene el escritor, para quien fue el traslado de las obras a Valencia y a Barcelona "lo que las puso en grave peligro", pues los cuadros del Prado fueron depositados al lado de objetivos militares. Se salvaron porque los servicios de inteligencia franquistas sabían que estaban allí".

A su juicio, Javier Tusell, que prologa el catálogo, "miente cuando trata de echar la culpa a los franquistas diciendo que no se preocuparon del salvamento. No tenían que preocuparse, porque en su zona no hubo esas destrucciones, sólo en la del Frente Popular y a cargo de las izquierdas".

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