El seísmo, con epicentro a 58 kilómetros de profundidad y a unos 100 kilómetros al sur de la costa de Portugal, se ha sentido con más fuerza en las plantas altas de los edificios, donde testigos han relatado que las viviendas literalmente se han movido durante varios segundos. No obstante, el seísmo no ha tenido la fuerza del registrado el 20 de diciembre de 1989, cuando un terremoto de 5,3 grados provocó incluso cortes en el suministro eléctrico.
Poco más de una hora después del primer movimiento, el IGN detectó a las 3:41 de la madrugada una réplica de 2.0 grados, que no ha sido sentida por la población. La réplica se ha producido al suroeste de la costa sur de Portugal en las coordenadas 36.59 de latitud y 9.82 de longitud, a 22 kilómetros de profundidad de la superficie del mar.
A diferencia del terremoto original, este seísmo no ha sido percibido por la población, ni siquiera por las personas que viven en las plantas más altas, ni se han registrado llamadas por el mismo en los servicios de emergencia. Según pasen las horas, afirma el IGN, es probable que se registren nuevas réplicas que también pasarán desapercibidas para la población.