Aunque la iniciativa pueda ser singular, cuando se reflexiona con seriedad da una idea de en qué grado de postración y oprobio se encuentra Andalucía. Jornales por sorteo y beneficencia social gracias a sus beneficios. No esfuerzo. No iniciativa empresarial. No mérito y capacidad. La suerte. El fatalismo. La resignación.
La idea, al parecer, es que aquellos vecinos del municipio que necesiten, por ejemplo, realizar una obra en su casa se hagan con una de las papeletas de la rifa. Si les toca, tendrán a su disposición un trabajador que será pagado con los beneficios del sorteo.
Es tremendo. Huéscar está gobernada por el socialista Agustín Gallego Chillón. Nuestra vergüenza no es por la idea de estos vecinos. Es por comprobar cómo tras casi 30 años de gobiernos socialistas, la solución que se les ocurre a un grupo de personas es el sorteo de empleos.
Los impulsores de la iniciativa, Francisco Manuel García y Miguel Ponce, dicen tenerlo todo pensado e incluso han logrado la colaboración de tres empresas de la comarca que se encargarán de dar de alta a los trabajadores en la Seguridad Social -Viveros Ponce Lajara, Sociarte Construcción y Cafetería La Perla-, mientras que otra decena se han animado a ofrecer las papeletas a sus clientes.
Con esta iniciativa sin ánimo de lucro se pretende, por una parte, promocionar el empleo local y por la otra ayudar a la asociación Aspadisse, que será la que reciba los beneficios del sorteo, una vez restados los sueldos de los trabajadores, que serán escogidos de las listas del INEM.
"Queremos animar a todos los vecinos que necesiten arreglar un grifo o una puerta de la cocina a que participen en el sorteo porque aquí salen ganando tanto los premiados, como los trabajadores y la propia asociación", comentó García, quien manifestó su deseo de que esta idea sea imitada por otros municipios e instituciones.
El sorteo, que se celebrará el 23 de octubre, consta de un primer premio de 25 peonadas y nueve premios más de cinco peonadas cada uno, mientras que el precio de las papeletas ascenderá a los cinco euros.
Es decir, que ni el Ayuntamiento, ni el INEM, ni la Junta ni las empresas nadie puede hacer nada por el empleo en Huéscar. Sólo los vecinos pueden paliar el desempleo mediante el desembolso del dinero familiar en unas papeletas de 5 euros.
Tres preguntas:
a) Y si uno tiene que arreglar un cuarto de baño en su casa, ¿por qué no contrata a uno de los albañiles en paro cuando logre reunir el dinero para poder hacerlo si es que ni puede ahora?
b) ¿Cómo se elegirán los trabajadores afortunados? ¿Designación por el alcalde, por el INEM, por los organizadores del sorteo, por antigüedad, por capacidad profesional?
c) ¿Por qué las empresas de la construcción del pueblo no ofertan obras a los ciudadanos y emplean a ciudadanos del pueblo dando facilidades de pago?
La impresión es penosa. El empleo andaluz siempre ha sido y ahora es aún más una lotería. La resignación sigue siendo la reina de Andalucía.