L D (EFE) Según las fuentes, esta división es una de las mejores equipadas y entrenadas de las Fuerzas Armadas iraquíes y la más importante en Basora, la ciudad del sur de Irak clave para el transporte del petróleo en el Golfo Pérsico. Esta sería la primera unidad completa del Ejército iraquí que se entrega con armas y bagajes a las fuerzas anglonorteamericanas en el tercer día de las actividades militares de la conocida como "Operación Libertad Iraquí."
Aunque hasta la Guerra del Golfo (1991) las divisiones del Ejército iraquí estaban integradas por 15.000 soldados, tras esa conflagración se reestructuraron y redujeron sensiblemente el número de sus efectivos. En la jornada del viernes las fuerzas anglo-norteamericanas tomaron por completo la estratégica península de Fao (al sur iraquí) y el puerto de Um Qasar, que suponen la única salida al mar de Irak y en donde se concentran la mayor parte de las refinerías y los principales oleoductos.
En concreto, la toma de Um Qasar se llevó a cabo en dos partes: efectivos de la Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina de Estados Unidos se hicieron con el control del puerto nuevo de esa ciudad, mientras que los "Royal Marines" británicos se apoderaron del puerto antiguo, a 1,6 kilómetros de distancia del anterior. En cualquier caso, la prioridad máxima de estas unidades es asegurar el control de las instalaciones petroleras de la zona, vitales para el suministro energético de Irak, y evitar cualquier sabotaje por parte de las tropas iraquíes.
Asimismo, prosigue el avance de las fuerzas acorazadas y mecanizadas norteamericanas hacia Bagdad, aunque parece que con mayor lentitud de lo previsto, pues se están encontrando con una fuerte resistencia iraquí en torno a la ciudad de Nasiriyah, a unos cien kilómetros al norte de Basora, en la ribera oriental del Eufrates y uno de cuyos puentes ya ha sido tomado a los iraquíes.
Los observadores y diversos analistas militares consideran que en la región meridional de Irak se concentra lo más selecto del Ejército iraquí, particularmente la Guardia Republicana, cuyo Cuerpo Especial (integrado por unos 10.000 soldados), está formado por tropas bien entrenadas y de probada fidelidad al presidente Sadam Husein. En principio, dada la rapidez del avance inicial, en el que la columna acorazada entró 160 kilómetros en territorio iraquí, fuentes militares aliadas habían conjeturado con que la vanguardia de esas fuerzas pudiera estar en las afueras de Bagdad en un plazo de pocos días.
Aunque hasta la Guerra del Golfo (1991) las divisiones del Ejército iraquí estaban integradas por 15.000 soldados, tras esa conflagración se reestructuraron y redujeron sensiblemente el número de sus efectivos. En la jornada del viernes las fuerzas anglo-norteamericanas tomaron por completo la estratégica península de Fao (al sur iraquí) y el puerto de Um Qasar, que suponen la única salida al mar de Irak y en donde se concentran la mayor parte de las refinerías y los principales oleoductos.
En concreto, la toma de Um Qasar se llevó a cabo en dos partes: efectivos de la Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina de Estados Unidos se hicieron con el control del puerto nuevo de esa ciudad, mientras que los "Royal Marines" británicos se apoderaron del puerto antiguo, a 1,6 kilómetros de distancia del anterior. En cualquier caso, la prioridad máxima de estas unidades es asegurar el control de las instalaciones petroleras de la zona, vitales para el suministro energético de Irak, y evitar cualquier sabotaje por parte de las tropas iraquíes.
Asimismo, prosigue el avance de las fuerzas acorazadas y mecanizadas norteamericanas hacia Bagdad, aunque parece que con mayor lentitud de lo previsto, pues se están encontrando con una fuerte resistencia iraquí en torno a la ciudad de Nasiriyah, a unos cien kilómetros al norte de Basora, en la ribera oriental del Eufrates y uno de cuyos puentes ya ha sido tomado a los iraquíes.
Los observadores y diversos analistas militares consideran que en la región meridional de Irak se concentra lo más selecto del Ejército iraquí, particularmente la Guardia Republicana, cuyo Cuerpo Especial (integrado por unos 10.000 soldados), está formado por tropas bien entrenadas y de probada fidelidad al presidente Sadam Husein. En principio, dada la rapidez del avance inicial, en el que la columna acorazada entró 160 kilómetros en territorio iraquí, fuentes militares aliadas habían conjeturado con que la vanguardia de esas fuerzas pudiera estar en las afueras de Bagdad en un plazo de pocos días.