El artículo al que José Luis Cuerda hace referencia este viernes fue publicado el 26 de octubre y se refería al reciente homenaje recibido por Luis García Berlanga. Escrito en la sección "El acento", una especie de editorial con un tono que pretende ser satírico, incluía críticas al PP y a la manifestación del aborto pese a que el supuesto tema era ensalzar la filmografía del director homenajeado.
Al hilo de los elogios a Berlanga, el diario afirmaba que "no se espera que nadie acompañe en los próximos lustros" al director y a Buñuel en el "olimpo de los dioses españoles". Criticaba, ya al final del artículo, el estado actual del cine de nuestro país: afirmaba que Berlanga acertó al diagnosticar "la enfermedad que causa el raquitismo" del cine español, "falta de industria y orfandad de género".
"Ni el cine español ha conseguido crear una industria solvente que le garantice una rentabilidad media a sus productos contando con la calidad de sus profesionales, ni hay otro género cinematográfico propio que no sea el exangüe de la "Guerra Civil vista a través de los ojos de un niño" o los melodramas mal fotocopiados de los originales de Douglas Sirk o Vincente Minnelli", finalizaba el artículo, poniendo, eso sí, algún ejemplo de "talento para el cine de género", como La Caja 507 o Rec.
Cuerda se da por aludido en el artículo y califica de "delirante" que el autor diera la categoría de "género exangüe" al de "película sobre la Guerra Civil vista a través de los ojos de un niño". Ese era, precisamente, el argumento de uno de sus filmes, La lengua de las mariposas.
Afirma Cuerda que el escrito es "perfectamente prescindible" a estas alturas porque ya todos los lectores "tienen que estar convencidos", por su insistencia, "de que las películas españoles son muy malas y los que las hacemos una mezcla de sinvergüenzas e imbéciles". Y se queja de que, si luego "preguntas cuál es la última película española" que han visto, dicen "siempre que ninguna". "Redonda la jugada", se queja.
"¿Cuándo dejará este periódico de poner en las manos de glosadores romos, tristes y violentos, recocidos en sus propias babas, los asuntos del cine español?", lamenta al final de su carta.