Keirrison de Souza fue fichado por el Barcelona en junio de 2009. Procedente del Palmeiras era uno de los jugadores con más proyección de Brasil, o eso decían. La directiva de Laporta pagó entonces 14 millones de euros, más dos variables. Dos años después, ni siquiera ha debutado en el primer equipo.
En la rueda de prensa ofrecida hoy por Andoni Zubizarreta, el director deportivo del club informaba que Keirrison se entrenaría con el Barcelona B hasta que el club consiguiera una cesión.
Y es que Keirrison ha deambulado como alma en pena por varios equipos del mundo sin conseguir hacerse un hueco en el Barcelona. Su primera cesión fue al Benfica portugués, donde tampoco consiguió hacerse imprescindible y, de hecho, jugó muy pocos partidos.
Seis meses después voló rumbo a Italia para recalar en la Fiorentina. Tampoco cuajó en el equipo viola y se acordó su retorno a Brasil. En su tercera cesión, esta vez en el Santos, ganó el Campeonato Paulista y la Copa Libertadores. Sin embargo, su aportación fue tan escasa que el club no ejerció su derecho de compra.
Ahora, la secretaría del Barcelona le tendrá que buscar un nuevo acomodo fuera de Can Barça. Será el cuarto club en menos de dos años para un jugador que costó 14 millones de euros. Es otra herencia que deja Laporta en el Barcelona.