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QUIERE SUBIR LOS 14 'OCHOMILES'

Carlos Soria: la historia de un septuagenario que desafía a la montaña

Es el único alpinista del mundo que ha escalado nueve ochomiles después de los 60. Pero su hazaña no se queda ahí.

Es el único alpinista del mundo que ha escalado nueve ochomiles después de los 60. Pero su hazaña no se queda ahí.

Carlos Soria está cumpliendo, a sus 72 años, su sueño: ascender las montañas más altas del planeta. Este madrileño, antiguo tapicero, ha conseguido poner el pie en las cimas más altas del planeta y, lo que es más complicado, la mayoría las ha ascendido a partir de los 60 años.

Soria acaba de volver del Thapa Peak, pero ya tiene en mente sus próximos retos: Anapurna, Kanchenjunga, Dhaulagiri. Son el nombre de los tres ochomiles que le quedan por ascender para completar la nómina de catorce.

Pero lo que hace a este español especial no es la nómina de montañas ascendidas, sino a la edad a la que ha conseguido hacer cumbre. Es el único alpinista en el mundo que ha escalado nueve ochomiles después de cumplir los 60 años.

El objetivo es completarlos, pero sin arriesgar demasiado: "Si los subo estaré muy contento, pero si no lo hago, no pasará nada. Tengo asumido que en la montaña y con mi edad, en cualquier momento puedo decir basta", aseguraba en una entrevista con El Mundo.

Carlos Soria, además, ha escalado las cumbres más altas de cada continente. Entre sus conquistas más sorprendentes está el K2, la montaña más mortífera de cuantas existen, a la que ascendió con 65 años, algo que solo Diemberger había osado intentar con 54 años. Apodada como "la montaña salvaje" debido a su dificultad para escalarla, en el K2 fallece una de cada cuatro personas que logran hacer cumbre.

Sin ir más lejos, tanto Edurne Pasaban como Juanito Oiarzábal sufrieron la amputación de sus dedos cuando, en 2004, intentaron ascender la cumbre del K2.

Soria no es ajeno a la peligrosidad que supone la ascensión de estas cumbres a su edad: "Allí el mal tiempo no perdona y la altitud es inhumana. Estás siempre en el filo y cualquier cosa puede hacer cambiar la situación de manera dramática. Luego hay rutas como las del K2 que sí son muy complicadas".

Peligros de la montaña

Muchos compañeros alpinistas han sufrido graves accidentes en la montaña. El último que atrajo la atracción de la prensa fue la ascensión de Juanito Oiarzábal al Lhotse, ya que el montañero vasco fue rescatado por los sherpas de Edurne Pasaban, situación que creó una gran polémica entre ambos.

Para Soria lo primero es la seguridad y, asegura, nunca arriesgará su físico para conseguir una cima: "He tenido siempre el mayor cuidado. He abandonado en muchas más cumbres de las que he subido. Ninguna montaña merece perder una uña siquiera".

Además, Carlos Soria, pese a su avanzada edad, asciende estas cotas sin la utilización de oxígeno. Los cuerpos jóvenes y más atléticos pueden sufrir graves riesgos debido a la falta de oxígeno, situación que se acentúa a medida que el alpinista tiene más edad.

Superados los 5.500 metros de altura, el organismo del hombre se enfrenta a una brutal falta de oxígeno. La caída de la presión atmosférica reduce su cantidad en un tercio y aunque el organismo es capaz de aclimatarse a los pocos días a grandes altitudes, cuando se rebasa el límite de los 5.500 metros la altitud extrema hace imposible la vida humana permanente.

En el mejor de los casos, es posible aventurarse durante unas semanas en tales cotas, pero sabiendo que la falta de oxígeno merma de forma considerable el rendimiento muscular y la capacidad del cerebro. El esfuerzo físico se convierte en un suplicio y no se pueden tomar decisiones con lucidez. El organismo se enfrenta al conocido como mal agudo de montaña.

Un ejemplo

Carlos Soria se ha situado como un referente en el mundo del alpinismo, pero su influencia y sus valores trascienden la montaña. Este madrileño es un ejemplo práctico de que, hoy en día, se tiene una plena vida a una avanzada edad y supone un estandarte muy llamativo para un colectivo grande y creciente de nuestra sociedad. Además, Carlos sigue mirando adelante y ya tiene planificadas sus tres próximas ascensiones.

El veterano alpinista colabora con la medicina deportiva, a través de INEF, desde los años setenta porque está luchando para que su hazaña trascienda del mundo del alpinismo y su proyecto sea un referente social y deportivo.

Además, Carlos Soria se ha sabido adaptar como nadie a las nuevas tecnologías para que éstas sean testigo de sus hazañas. Con una página web moderna y a través de un canal de Youtube, con la ayuda de patrocinadores muy importantes, todos podremos seguir al minuto las aventuras de este septuagenario con mucha ilusión. Su explicación de por qué lo hace es sencilla: "Para que al final de este reto pueda contarle a mis nietos que tú también estuviste ahí y que nunca me sentí solo. Esa será mi mayor recompensa".

Mientras, Soria se prepara en la sierra de Guadarra para realizar su próxima ascensió de la que todos podremos ser testigos.

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