El cumpleaños más feliz de Cristiano

Cristiano Ronaldo vive sus días más felices desde su llegada al Real Madrid. El portugués festejó por todo lo grande su 27 cumpleaños sobre el gélido césped del Bernabéu y entró por la puerta grande en la historia del club, al anotar el gol 4.000 de los blancos en el feudo de Chamartín. Observando los goleadores de otras cifras redondas (Di Stéfano, Puskas, Grande, Stielike, Sanchís, Suker o Ronaldo) se puede observar que no es una efeméride más.

El portugués ha experimentado un radical cambio desde la victoria del Barcelona en el Bernabéu. Cristiano tuvo que escuchar los silbidos de su propia afición, que entendía que el luso podía ofrecer más, sobre todo en cuanto a capacidad defensiva y en juego colectivo.

Cristiano comprendió el mensaje y en poco más de dos meses ha cambiado esos silbidos por ovaciones. Ayer, el Bernabéu se rindió ante Cristiano. El público coreó su nombre, algo que incluso fue agradecido por CR7 levantando el brazo en pleno partido. A veces Cristiano no escuchaba los pitos, pero ayer oyó nítidamente su nombre. "Que el Bernabéu cante mi nombre me da alegría", decía Cristiano.

La ovación no era para menos. Cristiano va camino de bordar su nombre en letras de oro en la historia del Real Madrid como uno de los mejores goleadores. Después de los tres tantos ante el Levante, Cristiano suma ya 27 esta temporada en Liga y podría machacar la cifra asombrosa de 41 de la temporada pasada. En todas las competiciones promedia más de un gol por partido, exactamente 34 en 33. No hace falta decir nada más.

Un goleador versátil

Ante el Levante, en una noche fría, Cristiano mostró su repertorio. Sólo le faltó el gol de falta que se le resiste y que ayer estuvo a punto de conseguir si no llega a ser por una gran intervención de Munúa.

El primer tanto fue de penalti, ejecutado de manera perfecta. Lleva diez tantos desde el punto fatídico en otros tantos lanzamientos. Poco después casi sale a hombros al intentar una chilena en el tiempo añadido de la primera parte.

El segundo gol fue de cabeza. Aunque no tenía especial dificultad, lo cierto es que el portugués aprovecha de maravilla su envergadura y es uno de los mejores rematadores del fútbol mundial. Lleva tres tantos en juego aéreo esta temporada.

Para rematar la faena su obra maestra. Una folha seca desde fuera del área que dibujó una parábola imposible para Gustavo Munúa. El portugués se fue a celebrarlo con su banquillo, y especialmente con José Mourinho. El Madrid vive un momento feliz y se nota en cada gesto.