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Ibrahimovic, otra vez por la puerta de atrás

El sueco cuajó una mala eliminatoria y se marchó rajando del árbitro ante la prensa.

El sueco cuajó una mala eliminatoria y se marchó rajando del árbitro ante la prensa.

Zlatan Ibrahimovic era la principal baza del Milan para evitar que el Barcelona jugara su quinta semifinal de Champions consecutiva. Sus números así lo atestiguan: lleva 22 goles en la Serie A, siendo el capocannoniere de la competición.

Además, sería la venganza perfecta para el sueco, que salió de mala manera de Can Barça, echando pestes del "filósofo" Guardiola.

Sin embargo, su regreso al Camp Nou no pudo ser peor. Ibrahimovic ha jugado una eliminatoria discreta, sino mala. Falló una ocasión clara de gol en San Siro, la única que ha tenido en los dos partidos. La prensa italiana destaca la poca aportación de los "senadores", como explican en La Repubblica, donde "esperaban mucho más" de Ibra.

El retorno de Ibrahimovic al Camp Nou será más recordado por sus declaraciones a la prensa que por su actuación dentro del terreno de juego, donde lo más destacado que hizo fue la asistencia a Nocerino en el gol rossonero.

"Donde hay que hablar es en el campo", le respondía Guardiola a Ibrahimovic. Lo cierto es que el sueco se queda mudo siempre que escucha el himno de la Champions, su competición maldita.

Mientras acapara sin cesar títulos domésticos –suma siete ligas: cuatro en Italia, dos en Holanda y una en España-, en Europa es incapaz de demostrar toda su calidad. Nunca ha ganado la Champions y su maldición con esa competición adquirió tintes paranormales cuando abandonó el Inter de Mourinho en 2009 para jugar con el Barcelona. "Quería ganar la Champions", dijo entonces Ibra.

Sin embargo, el Inter ganó la Orejona el año siguiente, precisamente eliminando al Barcelona en semifinales. Esa misma temporada, Ibrahimovic abandonó Barcelona por su mala relación con Guardiola y los culés reconquistaron la Champions en el curso siguiente.

Ibrahimovic buscaba venganza ante el Barcelona y ha sufrido un nuevo revés. Jugó un partido gris y se marchó blasfemando del árbitro y acordándose de Mourinho, ese entrenador al que dejó en el Inter porque quería ganar una Champions con Guardiola.

Hoy día, Mourinho tiene dos Champions, Guardiola otras dos e Ibrahimovic, ninguna. Hay que hablar en el campo.

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