Tito Vilanova lleva tiempo trabajando para diseñar la que será su primera temporada como entrenador del Barcelona. Está entusiasmado por la oportunidad de poder dirigir a un equipo ganador y con tanto futuro. El 16 de julio, lunes, se reúne con parte de la plantilla para comenzar a entrenar y tendrá que llamar a los jóvenes de la cantera para reemplazar a los internacionales españoles que jugaron la Eurocopa y aún están de vacaciones.
Sin haber comenzado aún la pretemporada, Tito Vilanova ya tiene un problema que no le deja dormir. La plantilla de este año es muy corta, incluso aún más que la de la temporada pasada. Además, el técnico culé ya ha hablado con la cúpula directiva sobre dos o tres fichajes que refuercen el equipo. Lo ideal sería un jugador por línea –central, centrocampista y delantero– aunque la falta de dinero puede que no haga posible esta exigencia de Tito.
Desde hace tiempo se viene hablando de la confianza que tiene Vilanova en David Villa, ya casi recuperado de su lesión, pero el técnico azulgrana no se quiere jugar toda la temporada con un solo delantero, y menos aún si éste viene tocado. Los ojeadores del club ya están haciendo un intensivo estudio para recomendar un ariete que se adapte al juego de toque y desmarques del equipo pero aún es pronto. Lo que bajo ningún concepto quiere Tito es que Messi tenga siempre la presión de tener que ser el que desatasque todos los partidos por la falta de gol del resto. Oriol Romeu, en el Chelsea, y Cabaye, del Newcastle, son dos jugadores que podrían ser del Barcelona en los próximos días. El centro del campo se vería reforzado y supondría un pequeño alivio para Tito.