Suyo fue el gol de la victoria y el gol de la polémica. Dani Alves ha vuelto a escribir un nuevo renglón en el capítulo de desplantes a la afición del Barcelona. Tras marcar el tanto que supuso el 2-1 ante el Manchester City, el brasileño se fue hacia una esquina y se puso a bailar. Después, increpó a la grada y le recriminó que no animase lo suficiente al equipo.
Esta fue su justificación. "El público ha estado espectacular, cuando estamos unidos somos más fuertes, todos somos el Barça. El gesto ha sido un baile para que no entre nada malo de afuera. No ha sido un reproche a la grada. Cuando se lo digo lo hago ante los medios", dijo ante la cámara de C+ Liga de Campeones. Hacía referencia a una canción de Pitbull.
No es la primera vez que Dani Alves se enfrenta con la afición azulgrana. Cada vez hace más evidente sus ganas de salir del club, algo que casi consigue el pasado verano, y su estrategia pasa por arremeter contra todos.
Tras caer en casa ante el Valencia (2-3), aseguró que "el runrún en la grada" no ayudaba. "A veces parece que jugamos fuera de casa", dijo tras el partido. También tuvo un mensaje para su técnico, el Tata Martino: "No ha sido un problema de exceso de confianza, si hubiéramos controlado más la situación y no hubiéramos sido tan previsibles, igual hubiéramos marcado algún gol más".
Ante la Real Sociedad en las semifinales de la Copa del Rey, a pesar de la victoria, Dani Alves volvió a la carga. "Si los aficionados no creen en este equipo o dudan de él, es mejor que no vengan al campo", aseguró en zona mixta. "Aquí la gente es un poco pesimista. A la mínima que el equipo no gana la gente se enfría muchísimo", y terminó señalando que "aquellos que no acuden al estadio, tan culés como dicen no son".