El base español Ricky Rubio ha completado su primer entrenamiento con el resto de sus compañeros de los Minnesota Timberwolves después de ocho meses de ausencia de la competición y se ha mostrado "muy feliz" y sonriente de cómo le había respondido su rodilla izquierda.
Rubio, que pasó por el quirófano el 22 de marzo para ser operado de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, no ha perdido el gran manejo del balón, la visión del juego y la manera tan especial que tiene para dirigir a sus compañeros.
Pero deberá tener paciencia hasta que consiga alcanzar su mejor forma en cuanto a la velocidad que poseía antes de la lesión. Eso sí, Rubio ha dejado gratas impresiones en el entrenamiento en el Target Center de Mineápolis. También al entrenador de los Timberwolves, Rick Adelman, que estaba preocupado por cómo podía reaccionar el jugador español.
Aunque los expertos consideran que el regreso de Rubio a la competición se podría producir el próximo viernes en casa ante los Cleveland Cavaliers, el base de El Masnou prefiere ir con cautela. "Después de un largo período, por fin vuelvo a estar en un campo de baloncesto", declaraba el jugador catalán, de 22 años, ante los medios de comunicación que han seguido el entrenamiento en el Target Center. "Me siento muy bien por volver a participar de nuevo con mis compañeros".
El regreso de Ricky a la competición se considera vital para los Timberwolves (7-8) en su objetivo de poder luchar por estar en la fase final. El español reconoce que la recuperación mental para este tipo de lesiones es mucho más importante que la física. "No debo tener limitaciones, todo lo contrario. Debo estar seguro de que puedo hacer lo de antes y mucho más cuando llevo el balón y penetro a canasta", explicaba Rubio. "Me he sentido muy bien, pero deseo estar perfecto y para eso tengo que trabajar muy duro y ver hasta dónde puedo llegar".