El deterioro que está sufriendo España está alcanzando una velocidad de vértigo. La clase política vive ajena a la realidad, gozando de prebendas dignas de países con regímenes totalitarios, los escándalos en el poder judicial son el pan nuestro de cada día y el desastre económico se está llevando por delante a las familias y empresas que todavía siguen en pie. El Gobierno, lejos de dar confianza se dedica a ocultar la verdad, cambiar de opinión cada 24 horas, adoptar medidas que no tienen ni pies ni cabeza y estafar al pueblo que, al fin y al cabo, es quien paga.
Los diarios económicos reflejan esta realidad y cada día las noticias publicadas en la denominada prensa salmón son más preocupantes. Como en la película Bananas, dirigida por Woody Allen, el presidente del Gobierno ha perdido el norte (si alguna vez lo encontró) y actúa como un vulgar dictador que hace de la mentira su principal herramienta de trabajo. El escándalo afecta ahora a la vicepresidenta Salgado, que ha cambiado el decreto-ley tras ser publicado en el BOE por las presiones de los alcaldes, a los que les había cerrado el grifo del crédito.
La noticia está escondida en las portadas económicas, pero arroja grandes titulares en la prensa generalista. Como en otras ocasiones lo diarios salmón viven ajenos a la realidad del país, o no quieren que los inversores (especuladores, según De la Vega) que todavía creen en España se den cuenta de la verdad y saquen su dinero del país. Las primeras páginas están dedicadas a la caída de la Bolsa. ¡Cómo si la huída de los capitales no tuviera relación con la desnortada política de Zapatero y su equipo!
No obstante, el enfoque de Expansión es bastante certero: "Las Bolsas se deprimen por la falta de liderazgo político". El económico de Unidad Editorial explica que "los mercados pierden la confianza en la capacidad de respuesta de los gobernantes ante la crisis". El diario hace extensible la crítica al resto de políticos europeos que se han gastado el dinero que no tienen, han hipotecado el futuro de los ciudadanos y ahora reducen servicios sociales y suben impuestos porque la crisis de deuda ha estallado. ¿Están seguros de que esto no es un delito penado con la cárcel? Pues debería...
A Cinco Días también le preocupa la evolución del parqué, pero siempre tiene un titular positivo que enjuague la realidad: "El Ibex marca mínimo del año, pero logra salvar los 9.000 puntos". Dentro de la información pinta las cosas bastante negras, pero es necesario leer entre líneas: "el euro prosigue el descenso y los tipos interbancarios al alza". Es decir, que son ustedes más pobres y sus hipotecas más caras. ¿No están contentos? Si es que se quejan ustedes de vicio.
El Economista ilustra la salida de los inversores de España con una verja rota y un gran titular: "Se agranda el agujero de la Bolsa". Añade que "el Ibex cae el 3,05% y queda al borde de romper las resistencias clave" y que "al Tesoro le sale un 70% más caro emitir letras". Ya saben, esos papelitos que van camino de servir solamente para envolver el bocadillo.
Díaz Ferrán, fuera de CEOE
En medio de todo este follón económico-financiero, resulta que el presidente de la patronal empresarial CEOE ya no tiene ni el apoyo de sus vicepresidentes. Gerardo Díaz Ferrán carece de la legitimidad necesaria para negociar la reforma laboral, al haber fracasado como empresario, pasado la mano por el lomo del Gobierno y reclamado un "paréntesis en la economía de mercado" al principio de la crisis. Así no se puede dirigir una asociación como CEOE.
Expansión señala al respecto que "Confemetal pide formalmente a la patronal la dimisión inmediata de Díaz Ferrán" y anuncia que "CEOE renuncia a la rebaja de las cotizaciones sociales" para lograr un acuerdo con los sindicatos sobre la reforma laboral "en tres días". Cinco Días indica que "la cúpula de CEOE quita poder a Díaz Ferrán" al prohibirle firmar nada en representación de la patronal y El Economista nos recuerda que "las trabas del mercado de trabajo son iguales a las de Nepal o Estonia".
Finalmente no puedo dejar pasar la principal noticia de portada del diario El Economista: "Zapatero se guarda un alza de los tributos al capital y las Sicav". Resulta que el presidente tenía un folio con un paquete de subidas fiscales cuando compareció en el Congreso para anunciar el castigo a funcionarios pensionistas y dependientes. Decidió no leerlo y guardarse la bala para una mejor ocasión.
Llegados a este punto es necesario dejar clara una cosa, los impuestos no se los van a subir "a los ricos", a "los que más tienen" o a las "rentas altas", sino a todas las familias que hayan decidido ahorrar algo de dinero para capear el temporal. Cuando se acaba el dinero de la caja pública se roba al contribuyente. Si, a todos nosotros.