LD (Víctor Gago) La ventaja de 3,5 puntos que el CIS concede al PSOE en intención de votos contará con una favorable situación económica para consolidarse, de aquí a las próximas Elecciones Generales.
BBVA describe una coyuntura mejor, incluso, de la pregonada por el Gobierno.
El presidente Rodríguez Zapatero dijo el pasado viernes, al hacer balance de un buen semestre para la creación de empleo: "Los datos son más optimistas que yo"; una proeza difícil de igualar, dado la tendencia del jefe del Gobierno a una autocomplacencia algo patosa –como cuando auguró que a finales de 2007 las expectativas para el final del terrorismo serían mejores que un año antes–, pero que el habitualmente atinado Gabinete de Estudios de la entidad presidida por Francisco González viene a confirmar con un monográfico de la coyuntura española que presenta una auténtica primavera económica en medio de un tórrido verano político.
BBVA resume que 2007 "está siendo especialmente dinámico", con un crecimiento que ha alcanzado el 4,1 por ciento, "la cifra más alta desde finales de 2001", y una estimación revisada al alza para todo el año –3,8– y para 2008 –3,1–.
El Servicio de Estudios destaca la contribución del motor europeo a la prolongación del ciclo de éxito en España.
"La sorpresa alcista en el crecimiento de la UEM en 2006, desde el 2,2 por ciento que esperábamos hace un año hasta el 2,8 finalmente registrado, ha tenido un impacto sobre el crecimiento español de 0,4 puntos porcentuales de los 3,9 puntos finalmente registrados. Algo similar va a ocurrir en 2007", opinan los analistas de BBVA.
Allí donde se ponga la lupa, la visión es casi pletórica:
"Los beneficios de las empresas han crecido a buen ritmo, mientras han continuado diversificando geográficamente su base", indica.
O bien: "el notable crecimiento del empleo y de la renta disponible de los hogares –3,9 por ciento, estimación para 2007–, que ha superado las expectativas".
Los puntos débiles, prácticamente arramblados por los buenos indicadores, siguen siendo el aumento de la deuda de las familias –que, por otra parte, tira del consumo a un crecimiento estimado del 8 por ciento en 2007-2008–; el final del recorrido de la moderación salarial emprendido hace una década; la necesidad de especialización en el sector servicios; o la limitada participación femenina en el mercado laboral, lo que denota el fracaso del populismo demagógico de algunas de las políticas más publicitadas del Gobierno para atribuirse el éxito económico –como la pírrica reforma laboral o las supuestas medidas de apoyo a la familia–.
En todo caso, estos achaques sólo amenazan a la economía española a medio plazo, según BBVA. Por ahora, y de aquí a las Elecciones Generales de las que depende, como nunca, el futuro de España, lo que cuenta es que "el ciclo expansivo de la economía española se está soportando en unas empresas muy dinámicas en inversio´n y que están aprovechando la situación cíclica externa".