(Libertad Digital) El paro y las hipotecas están creando una nueva bolsa de pobres en España. Los bancos y cajas de ahorros concedieron préstamos para la compra de vivienda con criterios demasiado laxos en los últimos años del boom del ladrillo y ahora muchas familias no tienen dinero para pagar sus cuotas hipotecarias.
Y no es de extrañar, a tenor del último cierre del Euribor del mes de julio, el más alto de la historia, con una tasa media del 5,39 por ciento que encarece las hipotecas en 865 euros al año.
Pero en esta ocasión, el aumento del índice al cual se referencian la práctica totalidad de los créditos hipotecarios a tipo variable en España (más del 95 por ciento del total), está siendo acompañado por un aumento del desempleo, con una tasa del 10,4 por ciento, que aumentará a corto y medio plazo. En los últimos 12 meses, el paro ha crecido un 23 por ciento. Es decir, que en la actualidad hay 456.578 desempleados más que hace un año.
Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
Todo ello, ha generado un incremento de las familias en riesgo de exclusión social, como confirma Caritas, organización que se encarga de ayudar a las personas que se encuentran en situación de precariedad. Según confirma el director de Caritas en Asturias, Adolfo Rivas, la entidad, que vive la realidad de los problemas sociales generados por la crisis a pie de calle, ha recibido en los últimos meses “una avalancha” de peticiones de ayuda por parte de los hogares que no pueden pagar sus hipotecas.
Sí hay crisis
Rivas se lamenta de la situación, pero aclara que Cáritas no puede ayudar a pagar créditos para la compra de vivienda. El director de la organización es contundente: “Nos encontramos en una crisis económica. Independientemente de que la reconozcan o no, las entidades que estamos en primera línea social podemos certificar que existe y que está afectando a los colectivos y personas que se encontraban en situación de vulnerabilidad social”.
El responsable de Cáritas en Asturias pone sobre la mesa dos casos: por un lado, los inmigrantes con hijos, “que tienen mucho miedo a quedarse sin vivienda”, y por otro, la trágica situación “de padres que abandonan a su familia porque ya no soportan la situación económica”.
Trabajadores de la construcción y empleadas de hogar
Pero no son estos los únicos colectivos afectados. Concha García, responsable de equipo técnico de Cáritas en Madrid, explica que “vienen muchas familias de cuatro miembros, dos adultos y dos niños, con ingresos de 800 a 1.200 euros netos al mes y una hipoteca de unos 600 y 700 euros".
Y es que, "normalmente, los ingresos procedían del varón, que trabajaba en la construcción, mientras que la mujer completaba los ingresos trabajando unas horillas a la semana como empleada de hogar. Pero está sucediendo que el cabeza de familia se queda sin trabajo, con lo que se reducen sustancialmente los ingresos, hasta los 500 ó los 600 euros”, asegura.
Paralelamente, las hipotecas han subido de manera espectacular y ahora esta familia tipo paga 800 euros mensuales de hipoteca, con lo que los gastos superan los ingresos. Además, no puede vender el piso, porque nadie compra, con lo que la desesperación aumenta”, añade García.