Una cosa es la teoría y otra la práctica. La primera, a la que se agarrará el Ejecutivo, señala que los 67 años serán la nueva edad de jubilación. Pero en la práctica, los "innegociables y generalizados" 67 años se sustituyen por "ni forzosos ni homogéneos", y quedan tan lejanos en el horizonte, que sindicatos y oposición coinciden en que ésta es la enésima "rectificación de Zapatero".
Ya lo adelantó Libertad Digital. El Gobierno da marcha atrás en sus innegociables 67 años. Los criterios de "flexibilidad y generalidad" que iban a regir el retraso en la edad de jubilación han sido tan flexibles que ya los 67 años no serán "ni forzosos ni homogéneos", tal y como se recogía esta semana en el acuerdo PSOE y CIU en el Congreso.
Pero algo que hasta ahora quedaba en el papel de un acuerdo parlamentario se ha trasladado a la mesa de la negociación. Tanto CCOO como el PP reconocen ya que el Gobierno ha vuelto a rectificar. Pero los segundos apuntan a los primeros como la causa de la cesión. Así lo constataba Tomás Burgos, el portavoz popular en el Pacto de Toledo, en declaraciones a Libertad Digital: "Absolutamente el Gobierno ha dado marcha atrás en su posición de una reforma de pensiones basada en una edad legal obligatoria para toda la población de 67 años, eso es una evidencia". Aseguraba el portavoz popular que por eso "este Gobierno no puede plantear negociaciones sobre bases que luego no es capaz de sostener. Más que bajarse los pantalones, el Gobierno adolece una vez más de coherencia y un criterio claro".
Se preguntaba Tomás Burgos qué argumentaciones sostenía el Gobierno "para defender esos 67 años, que valían hace 15 días y que ahora ya se pueden arrumbar, se pueden dejar de lado y puede quedar exenta de esa jubilación a los 67 años una parte muy importante de la población". Aunque donde ponen el énfasis los populares es el causa de esta rectificación. Lo que a su juicio es la bandera de este Gobierno en política económica: "esta premura, esta improvisación esta carrera de obstáculos que no tiene ningún sentido. Este Gobierno parece empeñado en convertir esta reforma en un auténtico guirigay en donde las pensiones no se sabe si los acuerdos son reales, si no... se cambia de opinión permanentemente".
Algo que, según Burgos, es especialmente grave, porque "los acuerdos de pensiones, por la trascendencia social que tienen, deben de hacerse con el máximo sosiego, con la mayor tranquilidad". En su lugar "se abre un camino una senda de arbitrariedad de discrecionalidad, que es precisamente lo más opuesto a los criterios que deben regir una reforma de pensiones".
Los sindicatos, coinciden
Unas declaraciones del PP que vienen a decir lo mismo que el secretario confederal de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano. En una rueda de prensa este miércoles, Lezcano valoraba el voto particular pactado por PSOE y CIU al Informe de recomendaciones del Pacto de Toledo como "un cambio significativamente cualitativo": y es que el Gobierno "reconsidera los 67 años y abre la puerta a otras posibilidades".
Tal y como adelantaron fuentes de CIU a este diario, el documento "va en la línea de lo que el Gobierno está poniendo encima de la mesa con los sindicatos y de lo que aprobará el viernes en el Consejo de Ministros".
Dicho y hecho, desde CCOO, el secretario sindical manifestaba lo siguiente: "Lo aprobado ayer en sede parlamentaria respecto a las recomendaciones del Pacto de Toledo suponen que el gobierno reconsidera su posición inicial de hacer obligatoria y generalizada la edad de jubilación de 67 años, y que se muestra abierto a que haya otras formas de expresión de la edad de jubilación última. Ése, y no otro, es el mensaje que manda la enmienda transaccionada entre CIU y PSOE".
Con este cambio de postura del Ejecutivo, manifestaba Lezcano, "se abre la puerta claramente". Un motivo por el que añadía, "Ahora, el acuerdo está más cerca".