LD (EFE) En las primeras horas de cotización, la moneda única llegaba a cambiarse en Fráncfort a 1,2340 dólares, valor que mantenía a media tarde y que le situaba sólo un 4,5 por ciento por debajo del récord absoluto alcanzado por esta divisa el 18 de febrero pasado sobre el billete verde. Finalmente, el BCE fijó su cambio oficial en 1,2319 dólares.
Los mercados atribuyeron la debilidad del dólar frente a 15 de las 16 divisas de los principales socios comerciales de EEUU a la falta de reacción del banco central estadounidense para incrementar los tipos de interés ante las crecientes presiones inflacionistas.
La Reserva Federal mantiene desde hace meses las tasas en el 1 por ciento, el precio más bajo del dinero en EEUU en los últimos 45 años, mientras que las del Banco Central Europeo (BCE) están desde junio de 2003 en el 2,0 por ciento.
La entidad emisora europea mantiene una posición neutral en su política monetaria, sin sesgos ni hacia arriba ni hacia abajo, según su presidente, Jean-Claude Trichet. Sin embargo, el reciente incremento de la inflación con motivo de la subida de los precios del petróleo, provocará, según los analistas, que los tipos de interés tiendan a subir, tanto en Europa como en EEUU, lo que, en teoría, ayudaría al euro en detrimento del dólar.
Ante esta tendencia, los inversores internacionales se centran cada vez más en inversiones denominadas en euros, en lugar de dólares, y fomentan indirectamente la apreciación de la moneda europea. Este lunes, la anemia del dólar era también patente respecto al yen, que se revalorizó al disminuir los temores sobre la recuperación económica en Japón y bajar los precios del petróleo.
Los mercados atribuyeron la debilidad del dólar frente a 15 de las 16 divisas de los principales socios comerciales de EEUU a la falta de reacción del banco central estadounidense para incrementar los tipos de interés ante las crecientes presiones inflacionistas.
La Reserva Federal mantiene desde hace meses las tasas en el 1 por ciento, el precio más bajo del dinero en EEUU en los últimos 45 años, mientras que las del Banco Central Europeo (BCE) están desde junio de 2003 en el 2,0 por ciento.
La entidad emisora europea mantiene una posición neutral en su política monetaria, sin sesgos ni hacia arriba ni hacia abajo, según su presidente, Jean-Claude Trichet. Sin embargo, el reciente incremento de la inflación con motivo de la subida de los precios del petróleo, provocará, según los analistas, que los tipos de interés tiendan a subir, tanto en Europa como en EEUU, lo que, en teoría, ayudaría al euro en detrimento del dólar.
Ante esta tendencia, los inversores internacionales se centran cada vez más en inversiones denominadas en euros, en lugar de dólares, y fomentan indirectamente la apreciación de la moneda europea. Este lunes, la anemia del dólar era también patente respecto al yen, que se revalorizó al disminuir los temores sobre la recuperación económica en Japón y bajar los precios del petróleo.
La Eurozona está de enhorabuena, el petróleo baja y el euro sube
Los analistas más optimistas colocan el tipo de cambio del euro a finales de este año en los 1,3 dólares, ligeramente por encima del récord de 1,2929 dólares alcanzado por esta divisa el 18 de febrero pasado.