LD (M. Llamas) El presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Aurelio Martínez, difunde el mismo mensaje de optimismo desde el pasado mes de septiembre: la confianza de los consumidores en la economía nacional mejorará en “uno o dos meses”, como máximo. Sin embargo, dicho indicador mensual acumula ya nueve caídas consecutivas. Pese a ello, Martínez sigue manteniendo que la tendencia cambiará en breve. Justo después de las elecciones.
La desaceleración que vive la economía española se ha convertido en el caballo de batalla de la precampaña electoral entre las distintas fuerzas políticas de cara a los comicios del próximo 9 de marzo. Los mensajes entrecruzados entre el PSOE y el PP sobre esta materia se ven salpicados por las cifras e indicadores que revelan la situación económica de los ciudadanos. En esta particular pugna política entre partidos, destaca la posición que, desde hace meses, viene manteniendo el Gobierno ya que, pese a contar y gestionar directamente todos los datos oficiales sobre la realidad y tendencia futura del crecimiento nacional, insiste en su discurso de que la situación mejorará en breve. Mientras, mes a mes, las cifras muestran una realidad bien distinta.
El último y más claro ejemplo de ello tuvo lugar el pasado martes, durante la presentación del indicador que mide la confianza de los consumidores en la economía española, elaborado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Y es que, el presidente de dicho organismo, Aurelio Martínez, lleva cerca de medio año luciéndose como adivino en esta materia. El pasado enero la confianza de los consumidores descendió, por noveno mes consecutivo, debido a la negativa percepción que existe sobre la situación económica actual y las expectativas del empleo. En concreto, retrocedió 1,4 puntos respecto a diciembre, hasta situarse en 70, 9, la cifra más baja desde el cuarto trimestre de 2004 (primer periodo del que se tienen datos).
Este indicador, destinado a tomar el pulso a la sensibilidad de los ciudadanos sobre el estado de sus bolsillos, acumula ya una descenso total de 19,7 puntos en tasa interanual. Es decir, desde enero de 2007. En concreto, la percepción sobre las expectativas económicas futuras ha bajado en apenas un año desde los 95,9 puntos hasta los 84, reflejando una caída de 11,9 puntos. Sin embargo, la visión de Martínez, pese a ser un supuesto experto en la materia, no coincide en absoluto con la opinión del resto de la ciudadanía.
- Septiembre de 2007: El Índice de Confianza del Consumidor del Instituto de Crédito Oficial (ICC-ICO) retrocedió 6,3 puntos respecto a septiembre de 2006, por quinto mes consecutivo. Entonces, el presidente del ICO, organismo dependiente del Ministerio de Economía, confió, en todo caso, en que “repuntará la tendencia” y, de este modo, se podrá corregir, en breve, esta “bajada excesiva”.
- Octubre de 2007: La confianza del consumidor cayó 4 puntos en España, por sexto mes consecutivo, hasta situarse en 76,2. El ICO reiteró entonces su confianza en que el indicador remontase en noviembre, a la vista de algunas señales de recuperación de la confianza, según Martínez.
- Noviembre de 2007: pese al optimismo mostrado por la entidad oficial, la confianza volvió a caer una vez más hasta 76,1 puntos, marcando así un nuevo mínimo histórico. La mejora del componente de expectativas, de 2,5 puntos, no pudo compensar la bajada de la percepción sobre la situación económica actual, de 2,7 puntos. Dicho descenso, no obstante, fue muy escaso en comparación con los meses anteriores. Por ello, Martínez, nuevamente, señaló la cercanía de un cambio de tendencia.
- Diciembre de 2007: nada más lejos de la realidad. En esta ocasión, el ICC-ICO reflejó una reducción sustancial respecto al mes anterior: 3,8 puntos. Un nuevo récord mínimo en la serie. Por una vez, y ante la evidencia de los datos, el presidente del ICO rechazó hacer predicciones sobre la posible mejora del indicador en el futuro, dado el valor de sus dotes adivinatorias, e incidió en que dicho indicador muestra la fotografía del estado de ánimo de los españoles.
- Enero 2008: el pasado martes, la caída fue de 1,4 puntos, retrocediendo hasta los 70,9, su mínimo histórico actual. Sin embargo, en esta ocasión, Martínez sí se animó a lanzar una previsión sobre el índice de confianza: “Mejorará a partir de marzo”, justo después de las elecciones generales.
Pese a ser el último, el caso de Martínez no es el único. Dada la mala evolución que viene demostrando mes a mes el Índice de Precios al Consumo (IPC), que se elevó hasta el 4,2 por ciento en 2007, el Gobierno confió en que las presiones inflacionistas mejorarían, “sin duda”, a partir de marzo.
En el ámbito de las previsiones del aumento del PIB para 2008, el Ministerio de Economía ha revisado sus cuentas, pasando de un crecimiento estimado del 3,5 por ciento a uno próximo al 3 por ciento. Los principales organismos económicos internacionales, tanto públicos como privados, no lo elevan más allá del 2,5 por ciento para el presente año.
El caso más sonado, sin embargo, ha sido el de la ministra de Vivienda, Carme Chacón, con respecto a la situación del mercado inmobiliario nacional. Desde el estallido de la crisis de las hipotecas subprime en EEUU, el pasado mes de agosto, el sector ha intensificado su desaceleración de un modo patente, a nivel de precios, inicio de viviendas, volumen de ventas y, sobre todo, flujos de financiación procedentes de las entidades crediticias. Desde entonces, Chacón reiteró, una y otra vez, que hablar de crisis en este ámbito resultaba una “exageración e irresponsabilidad”. Hace apenas dos semanas, y ante las evidencias del frenazo inmobiliario y los problemas de financiación que padecen los promotores, el Gobierno, con el presidente a la cabeza, se ha visto obligado a calificar la situación de “ajuste brusco e intenso”. Los responsables políticos del Ejecutivo no tienen, pues, futuro como adivinos.