El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) en España aumentó cuatro décimas su caída en julio y situó su tasa interanual en el -1,4%, con lo que ya son cinco los meses en los que este indicador registra tasas negativas, según el indicador adelantado elaborado por el Instituto Nacional de Estadística.
En concreto, el IPCA entró por primera vez en negativo el pasado mes de marzo. En toda la serie histórica de este indicador, que arranca en enero de 1997, no se había registrado nunca una tasa negativa.
En marzo la inflación española entró por primera vez en negativo, pues desde 1961, año en el que se inicia la serie, nunca se había experimentado una tasa negativa de crecimiento de los precios. No obstante, el Gobierno sigue negando que el país entre en deflación, entendida ésta como una caída generaliza y prolongada de los precios.
La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha manifestado que los riesgos de deflación en España son "remotos", puesto que sólo el efecto estadístico por el abaratamiento del crudo en la segunda mitad de 2008 presionará al alza el IPC hasta tasas positivas en los últimos meses del año.
Por su parte, Funcas prevé que la inflación registre tasas negativas hasta octubre, con lo que acumularía ocho meses de crecimiento negativo. No obstante, la Fundación de las Cajas considera que no se puede hablar de deflación mientras el núcleo inflacionista, que excluye los productos energéticos y los alimentos, se mantenga en positivo.
En este sentido, Funcas estima que el IPC subyacente, que es la tasa que más fielmente refleja las tendencias inflacionistas de la economía, se mantendrá en positivo en lo que resta de año, aunque por debajo del 1%.