El Parlamento portugués rechazó este miércoles el cuarto plan de austeridad presentado en el último año por el Gobierno del partido socialista, cuyos dirigentes habían anunciado la posible dimisión del Ejecutivo si no era aprobado.
Todos los partidos de oposición, dos conservadores y tres de tendencia marxista, votaron contra el paquete de medidas económicas anticrisis presentado por el primer ministro José Sócrates, al que sólo apoyó su propio partido, con 97 de los 230 diputados.
Sócrates, que no intervino en la sesión y asistió sólo a su inicio, realizó una declaración tras reunirse con el jefe de Estado, el conservador Aníbal Cavaco Silva, al que presentó la dimisión por su incapacidad para llegar a un acuerdo, informa Efe.
El todavía primer ministro justificó su dimisión en el rechazo de la oposición a su plan económico. Acusó a las fuerzas de la oposición de poner el interés partidario por delante de los intereses nacionales y les responsabilizó de los problemas que pueda sufrir ahora Portugal.
El presidente de Portugal abrirá reuniones con los partidos políticos el próximo viernes y, entretanto, se mantendrá en funciones el actual Ejecutivo.
El rescate
La dimisión adelanta un posible rescate por parte de la UE y el FMI. El plan de ajuste que se votaba este miércoles era la última oportunidad de Sócrates de evitar la intervención internacional. Sin éste, al primer ministro le quedan pocas opciones, que no sean la de pedir ayuda. En este sentido, ya había declarado que "no pensaba gobernar con un programa del FMI". "Eso significaría una crisis política. En mi opinión, la consecuencia de una crisis política es el empeoramiento de los riesgos de financiación de nuestra economía y daría lugar a que Portugal solicite la intervención externa", alertó Sócrates. Es decir, el rechazo del plan conduciría a un rescate "inminente" del país, según los analistas.
El rendimiento de los bonos portugueses a 5 años registró el martes un nuevo récord, al superar la cota del 8%. Es un nivel insostenible. Y es que Portugal tan sólo cuenta con dinero suficiente en caja para aguantar hasta abril, cuando deberá afrontar nuevos vencimientos de deuda. Lo que ocurre es que si llega el rescate, también llegarán los sacrificios, con lo que el rechazo del plan de ajuste por parte del Parlamento puede desembocar en unas medidas más duras (y necesarias para asegurar las cuentas públicas portuguesas) que las presentadas por Sócrates.
La sesión parlamentaria
El plan de austeridad fue defendido en el Parlamento por varios ministros, entre ellos el de Finanzas, Fernando Texeira dos Santos, que advirtió de las graves consecuencias financieras que tendrá su rechazo ante la presión de los mercados sobre la deuda lusa. Pero, en un largo y tenso debate de cinco horas, la oposición coincidió en rechazar el "chantaje" gubernamental y acusó al Ejecutivo de no saber gestionar la crisis e imponer graves sacrificios a la población.
La principal formación de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) culpó a los seis años de Gobierno socialista de los problemas que sufre Portugal, en tanto las formaciones de izquierda le reprocharon la destrucción de la cobertura social del Estado.
Los conservadores pidieron "seriedad y patriotismo" para frenar la crisis y consideraron una burla el Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC) rechazado y que pretendía ampliar los ajustes económicos ya en vigor con mayor presión fiscal y recortes de pensiones.
Las medidas contenidas en las tres versiones anteriores del PEC, que fueron negociadas con Bruselas, aplicaron varias subidas de impuestos, reducción de salarios, gastos e inversiones del sector público y una rebaja de los subsidios sociales lusos.
El ministro Teixeira se declaró "perplejo" porque Cavaco no llamara a la negociación del plan de austeridad y se mostró "muy preocupado por lo que pueda pasar al país" tras la votación.