Las familias y las empresas están sufriendo una restricción del crédito por el agujero que ha generado la crisis financiera en los balances de los bancos y cajas de ahorros. Las entidades exigen muchas más garantías que antes para conceder préstamos que, en la mayoría de los casos, son de poca cuantía. Las compañías cierran, los hogares no pueden hacer frente a sus facturas y el sistema financiero ajusta sus excesos inmobiliarios.
Esto es lo que ocurre en el sector privado, porque el sector público no tiene estos problemas mundanos. Los ayuntamientos y las comunidades autónomas (y el Estado también, aunque en menor medida) reciben miles de millones de euros de los bancos y cajas de ahorros y, encima, cuando tienen que devolver el dinero no pagan. ¿Piensan ustedes que las entidades cierran el grifo a esos morosos? ¡Que va! Les dan más préstamos porque tienen la mejor garantía de pago del mundo: el dinero de los contribuyentes que saquean mediante tasas e impuestos.
Según revela el diario El Economista, "el crédito moroso de las administraciones se duplica sólo en un mes": ayuntamientos y autonomías dejan de pagar 564 millones de euros en septiembre, 346 más que en agosto. En total, bancos y cajas han concedido créditos por más de 73.000 millones de euros al sector público. De hecho, mientras los préstamos a las familias y las empresas se hunden, los que reciben las administraciones se han disparado un 25% en los últimos doce meses.
Este "efecto expulsión" (crowding out) del sector privado por parte del sector público no se circunscribe sólo a los créditos, sino que alcanza también a las emisiones de deuda. Sobre esta cuestión se centra el diario Expansión que titula a toda página: "Bruselas, dispuesta a comprar bonos con el fondo de rescate": la Comisión revisa el mecanismo para salvar países y contempla la compra de deuda pública.
Esto supondría que las autoridades comunitarias tendrían 440.000 millones para adquirir bonos que los inversores no quieren comprar a un bajo interés y perjudicaría la financiación de las empresas, que tendrían que competir con una nueva oleada de emisiones de papelitos. No sólo eso, el periódico afirma que Bruselas estudia incluso utilizar una parte del dinero para conceder préstamos a corto plazo ante la negativa de Alemania y Francia a emitir bonos europeos y ante la oposición a ampliar el fondo de rescate, como solicitaba el FMI.
Expansión habla en su Editorial de la refinanciación bancaria y muestra su preocupación por el reciente aviso del Banco Central Europeo: las entidades financieras necesitan un billón de euros en dos años, de los que casi 200.000 millones corresponderán a bancos y cajas españoles).
A este respecto, Cinco Días avanza que la banca alemana "hace una apuesta récord por la deuda pública europea: adquiere 90.000 millones en bonos soberanos y desbanca a las entidades francesas como principal tenedora", con 400.000 millones invertidos. Así lo reflejan los datos del BCE del pasado mes de octubre, que contrastan con el discurso oficial de Merkel, que rechaza la monetización de deuda por parte del banco central mientras sus bancos intentan salvar los muebles.
Por cierto, que esta semana la vicepresidenta Elena Salgado va a pedir más dinero a los mercados para poder acabar 2010. "El Tesoro afronta una nueva emisión de letras y obligaciones yse prevé un aumento del coste de financiación". En lo que va de 2010 el Estado ha pedido ya a los inversores 196.428 millones de euros. Estos son los que algunos llaman especuladores cuando deciden vender bonos españoles. Si compran son buenos y si venden son malos. Maravilloso argumento ¿verdad?