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España avanza de nuevo hacia la recesión

La economía española registró la pasada semana un reguero de malos indicadores económicos en diversos sectores (industria, construcción, servicios, mercado exterior) que certifican la recaída de la actividad. Se desvanece, por tanto, el mensaje de la "recuperación" propio del Gobierno.

Mientras el Gobierno continúa con el manido discurso del "ya nos estamos recuperando" hasta el punto que parece un disco rayado, la realidad, tozuda como ella sola en llevarle la contraria, nos regaló la semana pasada con la peor colección de datos económicos que se recuerda en muchos meses. Vayamos por partes.

Industria

Eurostat publicó las cifras de producción industrial de agosto, y el índice mostró su tercera caída intermensual consecutiva, hasta situarse en 84,9, aún ligeramente por encima del mínimo de abril del pasado año (81,6), pero a punto de entrar en el terreno negativo en tasa interanual.

La caída respecto al mejor agosto de nuestra historia (2007), se sitúa en el 20,7%. Esto es reflejo de la contracción de la demanda interna debido a que continúa el desplome del sector de la construcción y la debilidad de los servicios, por una parte, y por otra, al estancamiento de la demanda externa, que parece haber tocado techo.

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Sector servicios

El Intituto Nacional de Estadística (INE) publicó la pasada semana el IASS (Indicador de Actividad del Sector Servicios) del mes de julio, el cual recoge de forma muy fiel la evolución de la salud de nuestro principal sector económico.

Después de cuatro meses de modestas subidas, el indicador vuelve a entrar en negativo en el interanual, lo que coincide con las cifras de ventas minoristas de julio. Habrá que estar atentos a la evolución de este indicador en los próximos meses para comprobar si esta caída es efecto de la subida del IVA o bien está marcando la tendencia de los próximos meses.

La caída de las importaciones observada en agosto, parece confirmar la debilidad del sector y seguramente anticipe una nueva contracción en agosto En estos momentos el índice muestra una caída del 16,7% desde el máximo de principios de 2008.

Construcción

La sorpresa más desagradable nos la ha dado el sector de la construcción, el cual, a pesar del Fondo Local de 5.000 millones (Plan E para 2010) que nos regaló con el espejismo de la subida de junio, ha tocado mínimos desde 1997 hasta situarse en 601 puntos.

La caída, lejos de frenarse, parece acelerarse y no augura nada bueno para los próximos meses. El índice se ha desplomado nada menos que un 42% desde el máximo de diciembre de 2005. Dadas las previsibles restricciones que veremos en los próximos trimestres en la obra civil, y al desfase entre el número de obras iniciadas y las terminadas, es de prever que este indicador siga cayendo en los próximos meses.

Sector exterior

También hemos conocido los datos de comercio exterior en el mes de agosto, y éstos, lejos de mostrar la pretendida transición de modelo hacia una economía exportadora que se nos quiere vender, sólo muestran que el sector exportador parece haber tocado techo, al permanecer constantes las exportaciones por tercer mes consecutivo, tomando las de los últimos 12 meses para normalizar las variaciones estacionales.

Analizando las cifras de importaciones también se observa una contracción adicional de la demanda interna, dado que el dato es el peor desde el mes de enero y ligeramente peor que el de hace un año.

No cabe duda de que nuestro sector exportador está luchando duro por el mercado exterior, pero sus limitaciones, unidas a las dificultades y falta de apoyo en el interior no facilitan en absoluto las cosas.

Las exportaciones parecen haberse estabilizado en un nivel aproximadamente un 20% inferior al del máximo de 2008, algo que no se observa en el caso de Alemania, la cual, si bien todavía se encuentra lejos de sus máximos de 2008, sigue aumentando sus exportaciones (+6.6% en julio respecto a julio de 2009).

En resumidas cuentas, parece que el ligero impulso que obtuvimos gracias al sector exterior y la expansión del gasto público a partir de finales de 2009 ha desaparecido.

Ello, sumado al estancamiento que se observa en el sector público y a la retracción de la demanda interna por las subidas de impuestos y la estabilización del crédito, nos muestra que hemos entrado otra vez en recesión (PIB negativo), aunque todavía con leves caídas de la actividad. Aunque la recesión se define, técnicamente, como dos trimestres consecutivos de decrecimiento, la entrada en terreno negativo en el tercer trimestre y su continuación en el cuarto, tal y como avanzó Bruselas hace escasos días, certificaría la recaída económica de España.

La falta de confianza que se está viendo estas últimas semanas respecto a Irlanda y Portugal no presagia nada bueno para nosotros a este respecto y para los próximos meses, lo cual contribuirá a agravar aún más la situación económica a partir seguramente de fin de año.

Es fundamental que tanto empresas como familias sean conscientes de que no sólo no nos estamos recuperando sino que todo indica que hemos vuelto a entrar en recesión y que ésta,  con toda probabilidad, empeorará en los próximos meses. El conocimiento de este hecho permitirá que éstas no tomen decisiones de gasto e inversión equivocadas debido a unas falsas expectativas, decisiones que posteriormente se lamentarían y podrían poner en peligro su solvencia.

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