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Gran Bretaña teme una escasez extrema de alimentos

La crisis puede tener consecuencias impredecibles. Esto debe pensar el ministro británico responsable de la política alimentaria. Hilary Benn se ha puesto en lo peor, y con un reciente análisis en la mano, pide nuevos protocolos ante situaciones de escasez extrema de alimentos.

La crisis puede tener consecuencias impredecibles. Esto debe pensar el ministro británico responsable de la política alimentaria. Hilary Benn se ha puesto en lo peor, y con un reciente análisis en la mano, pide nuevos protocolos ante situaciones de escasez extrema de alimentos.

Las consecuencias de la crisis económica pueden tornarse catastróficas en el Reino Unido. Según publica Timesonline, los británicos podrían acabar sometidos a cartas de racionamiento y dieta estrictamente vegetariana.

Según apunta la edición digital de The Times, pese a que Gran Bretaña tiene una autosuficiencia alimentaria del 73%, podría verse afectada por problemas globales como el aumento de población, el incremento de los precios del petróleo o el fuerte incremento de la sustitución de cultivos alimenticios por cultivos para bio-combustibles.

Todo esto aparece en una evaluación oficial sobre la seguridad alimentaria. Estudio que también menciona, entre los problemas, el del cambio climático y la posibilidad de que comiencen a registrarse temperaturas extremas que agosten el terreno.

El informe contempla además que los brotes de enfermedades animales, los conflictos comerciales y la interrupción de la navegación y los puertos, pueda menoscabar el abastecimiento de alimentos en el país.

Sin embargo, el Reino Unido tiene una de las mayores capacidades de producción de cereales en el mundo, con 7 toneladas por hectárea, en comparación con un promedio mundial de 3,3 toneladas por hectárea.

Según esta evaluación, en caso de escasez de alimentos, el protocolo establece que los cultivos de cereales se utilicen íntegramente para alimentar a la nación y asegurar que cada persona reciba suficientes calorías diarias. Esto implicaría que comenzarían a pasar hambre, ya que la población suele consumir bastantes más calorías de las necesarias. En 1960 eran 2.100 por persona y día, en el último informe de la ONU, ya eran 2.800.

La historia de Gran Bretaña puede tranquilizar un poco a sus habitantes, ya que ni siquiera durante la II Guerra Mundial, tuvieron que emplear la producción total de alimentos, pero el ministro responsable de la política alimentaria, Hilary Benn, ha ordenado a los funcionarios que preparen un escenario tipo para comprobar si el país podría abastecerse en caso de extrema urgencia.

Así, si la emergencia es extrema, las personas tendrían que adecuarse a una dieta predominantemente vegetariana, más cereales, frutas y verduras y menos carne y aves. Los cereales que se utilizan para alimentar a los animales de granja se desplazarían para la producción de alimentos humanos. El documento señala que los alimentos que se ofrecerían serían muy limitados en caso de que la dieta fuera suficientemente nutritiva.

Para el consumo de carnes y aves de corral, el verdadero riesgo consiste en que se establezcan restricciones en el comercio de este tipo de carnes desde Argentina y Brasil, o de la soja modificada genéticamente, los principales productos básicos utilizados para la alimentación del ganado en las islas británicas.

El señor Benn ha pedido un replanteamiento radical en el esquema de producción de alimentos en el Reino Unido. También ha insistido en que los cultivos transgénicos en el futuro podrían ayudar a impulsar la producción de alimentos, especialmente ciertas variedades resistentes a la sequía que requieran menos agua, fertilizantes y pesticidas.

En su opinión "es necesario un replanteamiento radical en la forma en que producimos y consumimos alimentos". Por otro lado pidió "reducir las emisiones de CO2 y hacer más esfuerzos para adaptar al país al cambio climático.

Ante un escenario internacional azotado por la crisis y con crecientes tensiones en América latina, Benn ha pedido un análisis profundo sobre la seguridad alimentaria. "Tenemos que considerar qué sistema de alimentación queremos dentro de 20 años y los pasos que debemos dar hasta llegar allí". El resultado lo veremos a final de año, cuando Reino Unido publique una nueva estrategia alimentaria.

Posible escasez de azúcar en EEUU

El Gobierno británico no es el único preocupado sobre la posible llegada de una crisis alimentaria. Las compañías de este sector de EEUU alertan del riesgo de una grave crisis en el suministro azúcar. El precio de los futuros del azúcar se mantiene en máximos por las previsiones de una caída en la producción.

Algunas de las principales compañías alimentarias de EEUU han advertido a la Administración Obama del riesgo de que se produzca una "escasez sin precedentes" de azúcar si el Gobierno no incrementa las cuotas de las importaciones de este producto, informa Europa Press.

En una carta remitida al secretario de Agricultura, Thomas J. Vilsack, a la que tuvo acceso The Wall Street Journal, quince asociaciones y empresas alimentarias, entre las que se encuentran General Mills, Kraft Foods, The Hershey Company y ConAgra Foods, advierten de que si se mantienen las actuales restricciones a las importaciones de azúcar "virtualmente se agotarán las existencias de azúcar en EEUU".

En este sentido, los firmantes de la carta indican que las previsiones realizadas por el propio Departamento de Agricultura apuntan a una "escasez sin precedentes" de azúcar, cuyos precios en las últimas semanas se han situado en máximos de los últimos 28 años.

"Esta escasez no debe materializarse. La única razón para ella son las políticas restrictivas de EEUU respecto a las importaciones de azúcar", señala la misiva, en la que las compañías instan a la Administración a incrementar dichas cuotas de manera "inmediata", tanto en lo que respecta a este año como para el próximo ejercicio.

En este sentido, las empresas y asociaciones firmantes advierten de que si no se produce este incremento en las cuotas a las importaciones de azúcar "los consumidores pagarán precios más altos y se pondrán en peligro empleos en el sector manufacturero".

El temor a una crisis en el abastecimiento de azúcar derivada del recorte de las previsiones de producción en la India por el descenso de las lluvias en la temporada de monzones, así como por la revisión a la baja de la estimación de reservas de la materia prima ha provocado que el precio de los futuros del azúcar sin refinar alcanzara máximos de 28 años, mientras que el precio del azúcar refinado marcaba máximos históricos.

En concreto, el precio del azúcar sin refinar para entrega en octubre llegaba a cotizar el miércoles en el mercado de futuros ICE a 23,33 centavos de dólar por libra, su máximo de los últimos 28 años, mientras que el precio de los futuros del azúcar refinado alcanzaba los 589,90 dólares por tonelada en el Liffe londinense, su mayor precio intradiario desde que comenzara a negociarse en 1983.

A la escalada de los precios del azúcar, que acumula un alza de más del 70% en el caso del refinado y superiores al 80% en el del azúcar sin refinar, contribuyó un informe de la Organización Internacional del Azúcar (ISO) que augura una considerable reducción de la producción de azúcar de la India, el mayor consumidor mundial de azúcar y el segundo productor, que se situará "considerablemente" por debajo de la demanda.

Por su parte, la firma de intermediación Sucden señaló a la BBC que la producción de azúcar de la India en el pasado ejercicio disminuyó un 45% interanual y pronosticó otra "drástica caída" para la presente cosecha.

Este descenso de la producción viene en parte motivado por el fuerte descenso en el volumen de lluvias caído en el país durante la época de monzones, puesto que India sufrió el mes de junio más seco en 83 años y entre junio y agosto el volumen de lluvia se encuentra un 25% por debajo de la media.

Menores reservas mundiales

Asimismo, el broker Czarnikow ha revisado a la baja su estimación de reservas mundiales de azúcar, hasta 20 millones de toneladas, muy por debajo de las estimaciones de otros analistas, que sitúan los inventarios globales entre 30 y 70 toneladas. China, India, Brasil, Europa y EEUU controlan el 65% de las reservas mundiales de azúcar.

 

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