El anuncio lo realizó hoy en Tokio el ministro de Finanzas japonés, Yoshihiko Noda, que calificó de "adecuado" que Japón adquiera obligaciones de deuda del EFSF, que la última semana de este mes tiene previsto emitir bonos para financiar el millonario rescate de Irlanda.
El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera realizará una emisión de deuda de forma sindicada por entre 3.000 y 5.000 millones de euros y un vencimiento de cinco años, después de que la Unión Europea (UE) realizase con éxito a principios de mes una primera salida de 5.000 millones de euros.
Japón concurrirá a esa emisión haciendo uso de sus reservas en euros con el objetivo de aumentar la confianza en el EFSF, creado el pasado año para rescatar a países europeos con problemas de deuda soberana. Según el diario económico Nikkei, Japón comprará bonos europeos por unos 100.000 millones de yenes (929 millones de euros), aunque este extremo no fue confirmado a Efe por el Ministerio de Finanzas.
En rueda de prensa, Noda explicó que el objetivo de Japón, que tiene las segundas mayores reservas en divisas del mundo tras China, es "impulsar la confianza en el EFSF y hacer una contribución" en su calidad de "uno de los principales países" del mundo.
El apoyo nipón intenta además promover la confianza de los mercados en la deuda soberana europea y en el euro, ante la persistente crisis en la UE que ya ha afectado a Grecia e Irlanda y amenaza con extenderse a Portugal. Como resultado, la moneda europea no tardó en apreciarse hoy en el mercado de divisas de Tokio para cotizar en la banda alta de los 107 yenes en Tokio, después de tocar en Nueva York ayer los 106 yenes.
El anuncio de Noda llega después de que la semana pasada el viceprimer ministro chino, Li Keqiang, expresara en Madrid el compromiso del gigante asiático para seguir comprando deuda española, tanto en el mercado primario como en el secundario.
Los compromisos anunciados por China y Japón vienen de los dos mayores poseedores de reservas extranjeras del mundo, con 2,85 billones de dólares y 1,1 billones de dólares, respectivamente, que tienen un gran interés en mantener la fortaleza del euro y de la Unión Europea, la primera región económica mundial.
La pérdida de valor de la moneda común europea desde 2010 ha hecho mella en las exportaciones niponas a Europa, que se encarecen, a la vez que se reducen los beneficios de las compañías japonesas que operan en el continente. La apreciación del yen provocó en septiembre de 2010 una intervención, sin precedentes desde 2004, del Gobierno de Japón para estabilizar su moneda, objetivo que no fue conseguido. Para los gigantes exportadores nipón y chino el apoyo a la zona del euro supone una garantía de estabilidad también para sus importantes fondos denominados en la moneda común. El programa de emisión de bonos del EFSF estará respaldado por la máxima calidad crediticia, AAA, y se prolongará durante todo este año en varias salidas al mercado, para recaudar hasta 16.500 millones de euros en 2011 y 10.000 millones el año siguiente.
El plan de Japón llega cuando los inversores en mercados de obligaciones deuda soberana comienzan a dar la espalda a países como Portugal, mientras aumentan las dudas en otros países como Bélgica, con una gran deuda pública.
Como segundo contribuyente del Fondo Monetario Internacional (FMI), el aporte de Japón ha sido de gran importancia en el programa de rescate de Grecia, mientras que China se ha constituido en uno de los salvadores del país heleno al seguir financiando su deuda.