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La banca destina el 44% de las nuevas hipotecas a renovar créditos antiguos

Pese a que los datos oficiales reflejan una caída moderada en la concesión de hipotecas (4,2% interanual), la realidad es muy distinta al discurso oficial. Casi el 44% de las nuevas hipotecas se destina a refinanciar créditos antiguos, situaciones de mora y cambio de condiciones.

¿Cómo es posible que la compra venta de viviendas registre caídas de dos dígitos mientras que la concesión de hipotecas apenas desciende un 4%? La divergencia de datos muestra que, a primera vista, algo no cuadra en la visión que muestran los organismos oficiales respecto al mercado crediticio español.

Por un lado, la compraventa de viviendas se redujo un 17,2% interanual en septiembre, hasta un total de 37.621 operaciones, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, el número de hipotecas constituidas es muy superior. En concreto, este tipo de créditos sobre viviendas ascendió a 62.411 en septiembre, una caída del 4,2% interanual y un aumento del 18,9% sobre agosto, la primera subida mensual que se registra desde abril del 2008, cuando se elevó un 22,96%, según acaba de publicar el INE.

La diferencia entre ambos indicadores revela que, en realidad, los bancos y cajas españoles están concediendo crédito para refinanciar préstamos antiguos. Según las fuentes financieras consultadas por LD, las mayoría de entidades han dado orden de refinanciar (proceso conocido como roll-over) el mayor volumen de créditos dudosos posibles con el fin de frenar el incipiente aumento de la morosidad.

Tal y como recoge un miembro del equipo Activa en Gurusblog, "la refinanciación de créditos a familias y empresas se lleva a cabo mediante la constitución de nuevas garantías sobre los créditos pendientes o la transformación en nuevos créditos hipotecarios que cancelen los préstamos anteriores".

Así pues, "para calcular el porcentaje real de créditos hipotecarios que no se destinan de manera directa a la construcción, adquisición o rehabilitación de viviendas, tenemos que delimitar qué hipotecas se constituyen o modifican para estos fines y qué hipotecas no tienen relación directa con estas adquisiciones inmobiliarias", indica.

Para tal cálculo tan sólo se puede recurrir -con las lógicas limitaciones existentes- al número de compraventas de viviendas que se llevan a cabo, número de nuevas hipotecas que se constituyen sobre viviendas y número de hipotecas sobre viviendas que presentan cambios, como novaciones o subrogaciones.

De este modo, haciendo uso de la siguiente tabla es posible determinar el "saldo de crédito hipotecario concedido que no se destina a ningún procedimiento relacionado con la vivienda, sino a otros fines vinculados a la refinanciación de créditos antiguos.

Los datos muestran cómo en el primer trimestre del 2007, en los albores de la crisis, "unas 8.300 hipotecas se destinaban a financiar otro tipo de fuentes financieras, proyectos empresariales o modificaciones en las condiciones hipotecarias mediante novación, representando sólo un 2,04% sobre el número total de hipotecas constituidas".

Sin embargo, "en el segundo trimestre de este ejercicio, este parámetro se ha multiplicado por 20". Es decir, el 43,78% de las hipotecas constituidas sobre viviendas no se han destinado a cubrir necesidades de financiación propia de la adquisición, construcción o rehabilitación de vivienda. "Estas hipotecas se han destinado a refinanciar créditos antiguos, situaciones de mora y mayores requisitos que solicitan las propias entidades financieras", advierte.

Así, "el total de entidades financieras están utilizando las fórmulas hipotecarias sobre viviendas en la mitad de operaciones", añade. Asimismo, estos datos demuestran que  bancos y cajas han cerrado el grifo del crédito a la compra de vivienda, que se ha desplomado casi a la mitad respecto a las cifras de 2007. Además, según señalan a LD fuentes del mercado inmobiliario, los escasos pisos que se venden pertenecen a la banca -las grandes inmobiliarias están controladas de facto por bancos y cajas-.

Es decir, en general, el sistema financiero tan sólo está concediendo nuevas hipotecas para desprenderse de su abultado y creciente stock de pisos procedente de embargos a particulares y, sobre todo, inmobiliarias. De este modo, más allá de las grandes inmobiliarias en quiebra, el roll-over en España se extiende ya con fuerza a los hipotecados.

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