El dato de noviembre supone, además, una fuerte caída del 22% respecto a la deuda que tenían en noviembre de 2009 y del 10% respecto al dato de octubre, con lo que las entidades españolas han reducido de manera notable su dependencia con el BCE.
Asimismo, la banca ha logrado reducir el peso de su deuda en relación a la del Eurosistema, ya que en noviembre se situaba en el 15%, frente al 17% que suponía el pasado mes de octubre y el 25% de meses anteriores.
En concreto, el BCE concedió al resto de los bancos que componen el Eurosistema un total de 409.030 millones, lo que también supone una fuerte caída del 30% respecto al importe de noviembre de 2009, aunque ha repuntado en relación al dato de octubre, cuando la banca tenía una deuda de 400.207 millones.
Estas cifras de financiación representan el saldo vivo que las entidades residentes en España tienen pendiente de devolver al BCE como consecuencia de la financiación que el instituto emisor les ha concedido previamente, y supone una media de las operaciones diarias que se realizan durante el mes.
La caída de la deuda de las entidades refleja que los mercados han iniciado de nuevo la senda de recuperación de la confianza y que las entidades han comenzado a prestarse entre sí, reduciendo la apelación al Banco Central Europeo (BCE).
Además, la denominada 'guerra del pasivo' ha permitido a las entidades elevar sus recursos y reducir su dependencia de esta institución. Los expertos explican que la situación de la banca tiene que ir normalizándose y que el mercado interbancario tiene que volver a funcionar por sí solo.
Los bancos españoles batieron un récord de deuda en junio (126.300 millones), julio (130.209 millones) y agosto (109.793 millones) por las dificultades de los mercados mayoristas, pero en septiembre la situación comenzó a normalizarse y en octubre y noviembre han marcado niveles mínimos de financiación.
En este sentido, explican que tras el plan de rescate a Grecia y la posterior relajación de los mercados (influidos también por los proyectos de planes de estímulos de la FED), las necesidades de este tipo de financiación por parte de las entidades españolas decrecieron en paralelo a las disminuciones del spread de los bonos españoles, a las subidas del euro y a la buena situación de las bolsas, con las cotizaciones de los bancos subiendo.
Sin embargo, los expertos se muestran cautos y no se atreven a vaticinar si este comportamiento se mantendrá durante los próximos meses, ya que la banca tiene que hacer frente a grandes vencimientos durante el próximo año y la situación financiera, con nuevas normativas y una reestructuración en curso, aún no ha recobrado del todo la normalidad.