La industria española ha retrocedido más que nunca y más que ningún otro país desarrollado. A finales de 2008, la industria española ya registraba la mayor contracción de su historia. Por entonces, la facturación descendía un 18% interanual y la entrada de pedidos un 25,1%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Desde entonces, la situación no ha mejorado. La producción industrial sigue cayendo a ritmos de dos dígitos. En concreto, la tasa media del Índice de Producción Industrial (IPI) descendió un 16,2% interanual en 2009 -en 2008 había caído un 7% interanual-. Se trata de la mayor caída anual desde que el INE comenzó a elaborar este dato en 1993.
La producción de bienes de consumo bajó de media un 8,8% (un -28,3% para los Bienes de consumo duradero y un -5,5% para los Bienes de consumo no duradero), los bienes de equipo retrocedieron un 22,5%, los bienes intermediosun 21,4% y un 8,6% para la energía.
La única actividad que no ha experimenta bajada durante 2009 es la fabricación de productos farmacéuticos (0,0%). Las actividades que registran las caídas más moderadas son la industria de la alimentación (-0,7%,) y la industria química (-1,9%).
Por el contrario, los mayores descensos correspondieron a la fabricación de muebles (-30,4%), la fabricación de otros productos minerales no metálicos (-29,0%) y la fabricación de vehículos de motor, remolques y semirremolques (-28,0%) .
Sin embargo, además de sufrir la mayor crisis de su historia (desde que se mide este indicador), la industria española registra el mayor desplome de las economías desarrolladas. El sector manufacturero nacional lidera el desplome a nivel internacional el pasado enero, según el Índice de Gestión de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) de la empresa de servicios de información financiera Markit.
De este modo, la producción manufacturera continúa contrayéndose, al contrario que la del resto de las principales economías del mundo, tal y como recoge el semanario británico The Economist, quien resalta que, entre las grandes potencias y los países en desarrollo, sólo Grecia y España mantienen su índice PMI por debajo del umbral de 50 puntos, lo cual indica contracción económica. Pese a ello, la caída es mucho menos considerable que el año anterior.
Fuente: The Economist
De hecho, el PMI del sector manufacturero en España se quedó en el 45,3 en enero, tan sólo una décima por encima del registrado en diciembre, lo que significa que las condiciones de los negocios se han deteriorado por vigésimo sexto mes consecutivo. Por su parte, el índice de Grecia cayó al 46,8 desde el 48,8 de diciembre.
Según estos datos, "las grandes economías emergentes, como Brasil, China e India, se recuperan de la crisis y están teniendo un fuerte crecimiento de su producción industrial, cuando, hace un año, en enero de 2009 su producción industrial descendía", indica el profesor del Instituto de Empresa (IE), Rafael Pampillón.
Lo mismo sucede con EEUU, cuyo índice de producción avanzó en enero hasta los 58,4 puntos, frente a los 35,5 puntos de enero de 2009. La industria manufacturera también crece en Alemania, Francia y Gran Bretaña. Tan sólo se reduce en Grecia y España.
Por último, según los últimos datos de producción industrial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que engloba a las 30 principales economías del planeta, la industria nacional era, junto a Canadá (82 puntos) y Dinamarca (81,9), la que presenta el índice de producción más bajo del mundo desarrollado con respecto a los niveles alcanzados en 2005.
Así, la producción nacional retrocedió hasta los 82,5 puntos el pasado noviembre, un retroceso del 17,5% respecto a 2005, y del 23,5% respecto a 2007. Es decir, la crisis económica se ha tragado prácticamente una cuarta parte de la producción industrial española. Unos datos que contradicen de plano las optimistas previsiones lanzadas por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, cuando el Gobierno se negaba aún a reconocer la crisis.
A mediados de 2008 , Sebastián restó importancia al creciente deterioro que ya entonces experimentaba el sector industrial, aludiendo a que la caída se debía a "factores estacionales". Es más, entonces señaló que la industria española estaba "fuerte", y confiaba en que sería "uno de los pilares de la recuperación económica".