L D (Agencias) El aumento de los precios en septiembre estuvo protagonizado por el encarecimiento del vestido y el calzado, con un aumento del 2,8 por ciento debido al final de las rebajas, seguido de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que registraron un incremento del 0,9 por ciento, y de la enseñanza, que subió un 0,7 por ciento. Por el contrario, los productos energéticos se abarataron el 0,4 por ciento y los carburantes y combustibles lo hicieron el 0,6 por ciento, lo que ha permitido que el aumento del IPC haya sido sólo de 3 décimas y no de 4, como esperaban muchos analistas.
Dentro del grupo de alimentos, en septiembre los mayores encarecimientos los registraron el pescado (2,9 por ciento), las legumbres y hortalizas (2,7 por ciento), la carne de ovino (6,5 por ciento), la carne de ave (1,7 por ciento), otras carnes y casquería (8,8 por ciento) y la fruta (uno por ciento). El INE destaca el aumento en cuatro décimas registrado por la tasa anual de los alimentos y bebidas no alcohólicas hasta el 4,4 por ciento, incremento con el que vuelve a situarse en los niveles del pasado marzo, tras el descenso que este grupo había experimentado en el segundo trimestre del año. El precio de los alimentos frescos aumentó el 2,2 por ciento en septiembre mientras que en lo que va de año esta tasa se sitúa en el 5,9 por ciento y en los últimos doce meses en el 7,7 por ciento.
Tras conocer estos datos, los ministros de Economía, Rodrigo Rato , y de Hacienda, Cristóbal Montoro, el secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, la CEOE y las Cámaras de Comercio valoraron la reducción de la tasa interanual y confiaron en que el repunte de los alimentos obedezca a la pasada ola de calor, por lo que esperan una próxima desaceleración de éstos. Concretamente, De Guindos sigue confiando en que el IPC se sitúe en el entorno del 2,5 por ciento a finales de otoño y avanzó que, según los primeros datos de otros países, el diferencial de inflación con la UE se puede "desacelerar ligeramente" y situarse por debajo de un punto.
Por su parte, el ministro de Economía anunció una serie de medidas de transparencia y elementos para proporcionar a los consumidores el mayor número de datos posible a fin de puedan tomar decisiones a la hora de comprar. Con esta finalidad, cada cuatro meses se hará público un informe elaborado por la Universidad Complutense de Madrid sobre los canales de comercialización de los productos. "Estos datos también permitirán esclarecer la evolución de los alimentos y ver si hay una conducta que no se acomoda al libre mercado, pero el objetivo fundamental es que los consumidores seamos cada vez más conscientes de los precios", afirmó.
Rato reconoció que "los productos frescos tienen una evolución muy fuerte" al alza, pero "no todos lo hacen de la misma manera", y atribuyó parte de este incremento al calor que afectó a la península Ibérica este verano, "que también se ha notado en otros puntos de Europa". En su opinión, el incremento de este tipo de productos se ha debido también al cambio de la sociedad en la actitud del consumo hacia productos de más calidad "como consecuencia de la disminución de la inflación y del aumento del empleo, lo cual es positivo", remarcó el ministro.
El sistema de distribución, agregó, incide también en el precio de los productos, por lo que las administraciones territoriales, que son las que tienen las competencias en este sentido, "tienen que abrir un debate público para tratar de controlar este tema".
Dentro del grupo de alimentos, en septiembre los mayores encarecimientos los registraron el pescado (2,9 por ciento), las legumbres y hortalizas (2,7 por ciento), la carne de ovino (6,5 por ciento), la carne de ave (1,7 por ciento), otras carnes y casquería (8,8 por ciento) y la fruta (uno por ciento). El INE destaca el aumento en cuatro décimas registrado por la tasa anual de los alimentos y bebidas no alcohólicas hasta el 4,4 por ciento, incremento con el que vuelve a situarse en los niveles del pasado marzo, tras el descenso que este grupo había experimentado en el segundo trimestre del año. El precio de los alimentos frescos aumentó el 2,2 por ciento en septiembre mientras que en lo que va de año esta tasa se sitúa en el 5,9 por ciento y en los últimos doce meses en el 7,7 por ciento.
Tras conocer estos datos, los ministros de Economía, Rodrigo Rato , y de Hacienda, Cristóbal Montoro, el secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, la CEOE y las Cámaras de Comercio valoraron la reducción de la tasa interanual y confiaron en que el repunte de los alimentos obedezca a la pasada ola de calor, por lo que esperan una próxima desaceleración de éstos. Concretamente, De Guindos sigue confiando en que el IPC se sitúe en el entorno del 2,5 por ciento a finales de otoño y avanzó que, según los primeros datos de otros países, el diferencial de inflación con la UE se puede "desacelerar ligeramente" y situarse por debajo de un punto.
Por su parte, el ministro de Economía anunció una serie de medidas de transparencia y elementos para proporcionar a los consumidores el mayor número de datos posible a fin de puedan tomar decisiones a la hora de comprar. Con esta finalidad, cada cuatro meses se hará público un informe elaborado por la Universidad Complutense de Madrid sobre los canales de comercialización de los productos. "Estos datos también permitirán esclarecer la evolución de los alimentos y ver si hay una conducta que no se acomoda al libre mercado, pero el objetivo fundamental es que los consumidores seamos cada vez más conscientes de los precios", afirmó.
Rato reconoció que "los productos frescos tienen una evolución muy fuerte" al alza, pero "no todos lo hacen de la misma manera", y atribuyó parte de este incremento al calor que afectó a la península Ibérica este verano, "que también se ha notado en otros puntos de Europa". En su opinión, el incremento de este tipo de productos se ha debido también al cambio de la sociedad en la actitud del consumo hacia productos de más calidad "como consecuencia de la disminución de la inflación y del aumento del empleo, lo cual es positivo", remarcó el ministro.
El sistema de distribución, agregó, incide también en el precio de los productos, por lo que las administraciones territoriales, que son las que tienen las competencias en este sentido, "tienen que abrir un debate público para tratar de controlar este tema".